Tarta de fresas con nata

Dificultad: media
Tiempo de preparación: 1 hora + tiempos de reposo
Raciones: para 8-10 raciones
Ingredientes:

Para el bizcocho:
♥ 45 g de margarina vegetal
♥ 40 g de azúcar
♥ 100 ml de leche de soja (u otra bebida vegetal)
♥ 65 g de yogur vegetal de soja (sabor natural, azucarado)
♥ 30 g de almidón de maíz (maicena)
♥ 2 ml de esencia o extracto de vainilla
♥ 4 g de levadura de repostería
♥ 100 g de harina de trigo normal
♥ un poco de margarina vegetal y harina para el molde

Para relleno y cobertura:
♥ aprox. 16 fresas o fresones pequeños (mejor tener a mano unas cuantas más)
♥ 1 taza y ¼ de nata vegetal para montar (si lo vas a hacer con nata de coco, añade menos de ¼ de cucharadita de goma xantana)
♥ 1 cucharada de azúcar (opcional)

Para esta tarta he utilizado un molde de 18 cm de diámetro. Puedes usar un molde redondo o cuadrado para tartas de 15, 18 o 20 cm de diámetro/lado (a más ancho el molde, más ancho y bajo quedará el bizcocho).

Precalienta el horno a 170ºC (calor arriba y abajo). Unta el molde por dentro con margarina vegetal, también las paredes interiores, y espolvorea con la harina procurando cubrir toda la superficie. Ponlo boca abajo y agítalo para eliminar el exceso de harina.

Pon en un colador o tamizador la harina con la levadura y tamízalo sobre un bol. Resérvalo.

Pon en un bol la margarina y bátela a mano o con el accesorio de varillas de la batidora (o un montaclaras) hasta que esté cremosa. Añade el azúcar sin dejar de batir hasta que quede una mezcla esponjosa. Añade poco a poco el almidón de maíz y el extracto de vainilla, batiendo bien. Ve agregando también el yogur de soja sin dejar de batir.
Añade por turnos la harina con la levadura y la leche de soja, batiendo constantemente para que no queden grumos. Tiene que quedar una masa suave y sedosa. Si ves que está muy densa y pesada puedes añadir un poco más de líquido (hasta 40 ml más de agua o leche de soja) y seguir batiendo.

Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie. Mételo en el horno a 170ºC, a altura media, con calor arriba y abajo, durante 40 minutos o hasta que veas que el bizcocho ha crecido y está hecho por dentro (para comprobarlo puedes pincharlo con una brocheta, si sale sin restos de masa, es que ya está hecho. Hazlo rápidamente para evitar que pierda calor el horno).

Saca el bizcocho a una rejilla y deja que se enfríe por completo antes de sacarlo del molde.

Lava muy bien las fresas y sécalas con papel de cocina.

Monta la nata vegetal en un bol sobre otro con agua helada y hielos. Utiliza el accesorio de varillas de la batidora o un montaclaras. Tras 3-4 minutos batiendo tendrás la nata lista y bien montada. Pruébala y si la quieres más dulce añade el azúcar y bate un poco más.
Deja la nata montada vegetal en la nevera.

Una vez frío el bizcocho desmóldalo y córtalo por la mitad con un cuchillo o un cortatartas, procurando que el corte quede lo más recto posible (paralelo a la mesa).

Pasa una de las mitades a la superficie en la que vayas a hacer la tarta (puede ser una base de tarta, una bandeja, un plato, etc.). No te preocupes si se agrieta un poco al manipularlo, por ahora no habrá que moverlo más y con el relleno y la cobertura se mantendrá todo unido.

Pon un par de cucharadas de la nata montada vegetal en la mitad del bizcocho que vas a utilizar de base y extiéndelo bien hasta los bordes. Ha de ser una capa fina, lo justo para cubrir la superficie del bizcocho.

Corta y desecha la parte de arriba de las fresas (las hojas) y ve cortando fresas por la mitad a lo largo. Colócalas en la tarta empezando por los bordes, hasta completar el perímetro, y después coloca también en el interior.

No pasa nada si no encajan perfectamente, lo importante es que haya fresas por todo el relleno. Si quieres puedes cortar otras fresas en trozos más pequeños para llenar los huecos.

Extiende otra capa de nata vegetal sobre las fresas, procurando rellenar también los espacios entre ellas. Necesitarás 3-4 cucharadas de nata montada. Procura llegar bien a los bordes, que no queden huecos y cubrir bien las fresas (con que estén ligeramente cubiertas es suficiente, no hace falta que tengan una capa gruesa de nata por encima).

Coloca encima la otra mitad del bizcocho y déjalo en la nevera 30 minutos. De esta forma evitaremos que al poner la primera capa de cobertura se nos mueva el bizcocho o las fresas. Deja también la nata vegetal montada que nos queda en la nevera.

Saca la tarta y la nata montada de la nevera.
Ahora haremos una cobertura muy fina para tapar los agujeros que nos queden y evitar que la cobertura se llene de miguitas de bizcocho. Para ello ve tomando cucharadas de nata vegetal y poniéndolas en los bordes. Alísalos con una espátula, procurando extender muy bien la nata. Sólo necesitamos una cobertura finísima, no pasa nada si se transparenta o se ve un poco del bizcocho, lo importante es que con esa capa homogeneizaremos la tarta.

Retira el exceso de nata (ponla en el bol con el resto de nata montada) y cuando tengas toda la tarta cubierta, déjala en la nevera mínimo 30 minutos (deja también la nata en la nevera).

Ahora haremos “la capa definitiva”. El proceso es igual que el anterior: pon cucharadas de nata y extiéndela por toda la superficie, también por los bordes, pero procurando esta vez que no se vea el bizcocho y que la superficie quede todo lo lisa posible. Yo he necesitado 4 cucharadas de nata montada.

No te preocupes si no queda absolutamente perfecta ;) Va a quedar muy bien de todas formas. Lo importante es alisar bien.
Una vez cubierta toda la tarta podemos decorarla con más fresas.

Yo he colocado 8 fresas enteras (sin las hojas) de pie, pero puedes ponerlas como quieras, por ejemplo en trocitos llenando toda la parte superior de la tarta.

Como me sobró nata la puse en una manga pastelera con boquilla de estrella e hice unos montoncitos entre cada fresa. Puedes poner también alguna decoración con la manga pastelera por los bordes inferiores de la tarta.
Cuando la termines limpia los bordes del plato o la base en la que lo hayas hecho y déjala en la nevera al menos 30 minutos más antes de servirla, de esa forma será mucho más fácil de cortar.

Y ya está. Lista para servir :D

La verdad es que la receta es fácil (aunque haya puesto que dificultad media): mezclar los ingredientes, hornearlos, y lo demás es sólo decoración. Podéis echar un vistazo a otras recetas de bizcochos y tartas que he subido para leer más sobre cómo hacer tartas sin lácteos ni huevos, en ellas explico tanto los ingredientes como los procesos.
Para esta tarta es lo mismo: combinar ingredientes para que nos quede un bizcocho esponjoso y elástico que quede bien con la cobertura y relleno que le vamos a poner.

La masa del bizcocho se puede hacer con harina integral, no hay problema, sólo que necesitarás ajustar la cantidad de líquidos (tendrás que añadir más) y de levadura (1 cucharadita más) para compensar. La harina de trigo integral es más alta en proteínas y absorbe más agua, por lo que con las mismas cantidades, sin rectificar nada, te quedará una masa muy muy densa y un bizcocho denso y duro. Sólo es añadir más líquido y más levadura.
Si quieres hacer el bizcocho con una harina sin gluten, recomiendo la harina de trigo sarraceno + ¼ de cucharadita de goma xantana y rectificar de líquidos (habrá que añadir un poco más). Con la harina de trigo sarraceno, la goma xantana y el almidón de maíz creamos una masa con unas características similares a la masa hecha con harina de trigo: una red de burbujitas que no se rompe tan fácilmente, ayuda a la masa a crecer y queda tierna y esponjosa.

Si lo quieres hacer con aceite de girasol o aceite de oliva (utiliza alguno de sabor suave) en lugar de margarina el proceso cambia un poquito al principio: pon en una batidora de vaso o en un recipiente para batidora de brazo la leche de soja y bátela a velocidad media-alta. Ve añadiendo poco a poco el aceite (misma cantidad que de margarina o un poco menos, la margarina vegetal suele contener un 20% de agua mientras que el aceite no contiene nada de agua), como si estuvieras haciendo una mayonesa (es exactamente lo que estamos haciendo, pero sin sal, ni ajo ni nada de eso, una emulsión dulce). Una vez emulsionado, que parecerá una mayonesa suave, puedes pasarlo al bol para hacer el bizcocho y cambiar a la batidora de varillas. Si quieres un bizcocho más jugoso, haz la emulsión con 40 ml más de aceite.

Puedes usar la leche vegetal que quieras, aunque recomiendo hacerlo con leche de soja porque suele ser más alta en proteínas, contiene lecitina y es un poco menos aguada que otras leches vegetales, pero puedes usar la que quieras (también casera, claro). No hay problema con usar una leche vegetal dulce o azucarada (puedes reducir la cantidad de azúcar de la receta si no lo quieres muy dulce) o con sabores (utiliza una con aroma o sabor a vainilla en lugar del extracto de vainilla).

Se puede variar de muchas formas, empezando por el sabor del bizcocho. Se puede añadir limón (ralladura y un poco de zumo) o naranja, esencia de ron, extracto de fresas, etc. Sobre el bizcocho cortado podemos poner una capa muy fina de mermelada de fresas si queremos hacerlo más dulce y acentuar el sabor (u otra mermelada que te guste con las fresas). Podemos decorar la tarta con pistachos molidos (que además quedará muy bien el color verde con) o crocanti de almendras o avellanas. Siempre se puede hacer al gusto ;)