Rollitos de repollo rellenos de trigo sarraceno
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos
Raciones: para 8-10 rollitos
Ingredientes:
♥ 8-10 hojas grandes de repollo (col)
♥ ½ taza de trigo sarraceno
♥ 1,5 tazas de agua + ¼ de pastilla de caldo de verduras o ¾ de taza de caldo de verduras + ¾ de taza de agua
♥ 1 cardamomo (opcional)
♥ 1 cucharadita de aceite de oliva
♥ 1 cucharada de cilantro fresco picado
♥ 1 cucharadita de perejil fresco picado
♥ 1 cucharada de aceite de oliva adicional (si vas a dorar los rollitos)
♥ nata de soja (u otra nata vegetal) y almendras laminadas para servir
Calienta 1 cucharadita de aceite de oliva en una cacerola mediana o pequeña a fuego medio. Añade el trigo sarraceno y remuévelo bien para tostarlo ligeramente. Cuando empiece a dorarse y a oler a frutos secos tostados añade el cardamomo y el agua con la pastilla de caldo (o el caldo de verduras y el agua). Remuévelo bien y ponlo a fuego fuerte hasta que empiece a hervir. Baja el fuego a lento-medio y deja que se cueza 10-12 minutos, hasta que esté tierno y no quede agua en la cacerola (si se hace antes y queda agua, escúrrelo). Revísalo de vez en cuando y apártalo cuando esté hecho (y quita la vaina de cardamomo).
Mientras se hace el trigo sarraceno lava muy bien las hojas de repollo. Elige las hojas más grandes y verdes, que tengan poco tallo y nervio central fino y flexible. Estas hojas estarán más tiernas y serán más fáciles de enrollar. Para facilitar la labor y conseguir unas hojas muy elásticas blanquéalas 30 segundos en abundante agua con sal: pon a cocer agua en una cacerola mediana o grande con un poco de sal (aprox. ½ cucharadita para 2 litros de agua) e introduce las hojas de una en una o de dos en dos, por tandas, cuando entre en ebullición fuerte. No las dejes más de 45 segundos o se pondrán demasiado blandas. Sácalas rápidamente a un colador y enfríalas con agua del grifo. Escúrrelas bien.
Mezcla el trigo sarraceno con el perejil y el cilantro. Extiende una hoja de col y pon 2-3 cucharadas de trigo sarraceno en la parte inferior.
Dobla los bordes laterales hacia el centro y enróllalo (como si fuese un sobre), de esta forma no se saldrá el trigo mientras lo enrollas.
Ve colocando los rollitos en un plato o una fuente, con el lado del cierre hacia abajo para evitar que se abran (si se te abren puedes ponerles uno o dos palillos clavados).
Una vez enrollados todos los puedes servir tal cual o con la nata vegetal+ almendras u otros acompañamientos que te gusten, o puedes pasarlos por la sartén 1 minuto por cada lado para dorarlos ligeramente (especialmente recomendado para quienes no les guste el repollo :)).
Extiende el aceite en una sartén antiadherente, ponlo a fuego medio-alto y coloca todos los rollitos que puedas en fila, todos juntos, con el lado del cierre hacia abajo. Deja que se doren 1 minuto y dales la vuelta con unas pinzas. Dóralos medio minuto por ese lado y sácalos a un plato para servir. Ponles la nata vegetal y las almendras por encima.
Puedes guardarlos en la nevera en un recipiente bien cerrado hasta 3 días, o congelarlos (hasta 6 meses), eso sí, al descongelarlos se os pueden romper, así que cuidado al manipularlos cuando estén casi descongelados del todo.
Me gustan las preparaciones así, enrolladas, porque dan mucho juego y son fáciles de hacer. Para hacer rollitos de repollo o col suelo utilizar las hojas exteriores (las que estén bien, claro), que tienen muy buen aspecto y color, son más tiernas y maleables, y su sabor es más “verde” (a ensalada fresca). Blanquearlas o no dependerá de las hojas, si no es fácil enrollarlas sin que se rompan, entonces sí, 30 segundos en agua hirviendo y enfriar (importante enfriar si no queremos que se sigan cociendo y ablandando con el calor residual de la cocción). Bien blanqueadas quedan muy buenas, siguen crujientes y se pueden rellenar de cualquier cosa. Después puedes dorarlas por ambos lados a la plancha (si te apetecen calientes y/o cambiar el sabor) o ponerles una crema de anacardos o una bechamel y gratinarlos (muy recomendable :P). Lo que queráis, lo que se os ocurra y lo que os apetezca ;)
Para el relleno se pueden utilizar también un montón de cosas. Yo he utilizado trigo sarraceno cocido con caldo de verduras y cardamomo, mezclado con cilantro y perejil. El sabor del trigo sarraceno va muy bien con el del cilantro y las hojas de repollo, es un bonito contraste que además se puede complementar con la nata de soja y almendras, como os recomiendo, o con otros acompañamientos (nueces y tahini, por ejemplo).
Queda muy bien también relleno de lentejas, de cualquier cereal o legumbre pequeña con paté de shiitake por ejemplo, mijo, sorgo, cuscús… También se puede rellenar de pisto (o cereales/legumbres + pisto) o de masa de croquetas. O de verduras frescas cortadas en tiritas finas. Hay cientos de posibilidades.
Prueba a hacerlos con otras hojas: de col china, lombarda, col rizada, acelga, lechuga, hojas de parra… Cada una aportará, además de color, un sabor diferente :)