Bulgur köftesi
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 40 minutos
Raciones: aprox. 24-30 croquetas
Ingredientes:
♥ 1 taza de trigo bulgur (precocido, listo en 10 minutos)
♥ 1 cebolla blanca mediana
♥ 2 tazas de agua
♥ 1 cucharadita de sal
♥ 3 cucharadas de harina de maíz (no maicena)
♥ 5 cucharadas de harina de trigo integral
♥ 2 cucharaditas de perejil fresco picado
♥ 4-5 hojas de menta picadas
♥ 1/2 cucharadita de comino en polvo
♥ 1/4 de cucharadita de pimienta negra molida
♥ 2 cucharadas de aceite de oliva
♥ aceite de girasol para freír
Para tenerlo listo en 45 minutos tendrás que utilizar algún paquete de bulgur que sea precocido y se haga en pocos minutos. Si no es así, sigue las instrucciones de cocción del paquete y prepara las croquetas igual.
Pon a hervir en una cacerola pequeña, preferiblemente antiadherente y de fondo grueso, el agua con la sal. Cuando empiece a hervir añade el bulgur, ponlo a fuego medio-bajo y déjalo cocer 5-6 minutos. Apaga el fuego y déjalo reposar de 5 a 8 minutos.
Mientras se hace el bulgur lava y pela la cebolla, y pícala bien fina (también puedes rallarla con un rallador de agujeros grandes). Dórala a fuego medio en una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva y una pizca de sal, removiendo de vez en cuando, hasta que adquiera un color tostado meloso. Retíralo del fuego y resérvalo.
Una vez reposado el bulgur habrá absorbido todo el agua y habrá crecido más. Ponlo en un bol grande y mézclalo con la cebolla, el perejil, menta, comino y pimienta, y agrega poco a poco la harina de maíz y la de trigo, mientras remueves. Es posible que necesites añadir algo más de harina de trigo, la consistencia que necesitamos es una masa pegajosa pero compacta, que mantiene su forma y no se deshace (tampoco arenosa).
Calienta aceite de girasol para freír en una sartén honda (tiene que cubrir las croquetas hasta el centro) a fuego medio-alto (en torno a 170ºC). Ve formando las croquetas bien con las manos (para que no se te peguen mucho mójatelas con un poco de aceite) o con un par de cucharas y poniéndolas en la sartén con el aceite caliente. Las que he hecho yo son aproximadamente de 6 cm de largo y 3 de grosor, las he dado forma con 2 cucharas (la cantidad de masa por croqueta es 1 cucharada grande). Vigila las croquetas de vez en cuando y dales la vuelta cuando empiecen a dorarse. Ve sacando las que estén doradas de forma homogénea a un plato con papel de cocina absorbente.
Una vez hechas puedes servirlas calientes con alguna salsa o como acompañamiento, o dejar que se enfríen y refrigerarlas o congelarlas para comer cualquier otro día.
Para quienes no lo conozcáis, el bulgur es una forma de presentar trigo para su consumo. Normalmente de trigo encontramos harina, sémola, trigo entero, pasta… pues el bulgur, que puede estar hecho de varias especies de trigo, es el cereal parcialmente integral (no se le quita todo el salvado) picado en trocitos. Lo normal es encontrarlo precocido seco, que se hace enseguida, pero también podéis encontrarlo duro, que necesita más tiempo de cocción, por eso os he avisado en la receta. Lo podéis encontrar fácilmente en tiendas de alimentación árabe e hindú, así como en tiendas de alimentación especializada y algunos herbolarios. La gracia del bulgur es que siempre queda muy suelto y tiene un sabor mucho más pronunciado que el trigo normal entero, más como a nueces y almendras, y al venir en trocitos pequeños se puede utilizar igual que el cuscús y para hacer tabboule (ensalada de trigo con verduras, hortalizas y especias frescas finamente picadas). A diferencia del cuscús, que es pasta hecha con sémola de trigo duro, no se suele pasar y además nos sirve para hacer croquetas, albóndigas y hamburguesas sin que se nos apelmace demasiado o se nos haga una pasta.
Las croquetas de esta receta son una variación del bulgur köftesi (croquetas de bulgur) que se prepara en Chipre y Turquía, que normalmente llevan también carne, pero que hemos omitido veganizándolas (¡para que veáis que es fácil!), y que se suelen servir con salsas y sopas.
Una salsa que lo acompaña muy bien es salsa de tomate casera (como para pasta) con un chorrito de nata de soja. También podéis hacer una salsa de yogur de soja (que no sea azucarado) y pepino con cilantro, todo bien picadito, o bien hacer una emulsión de tahini con vinagre de arroz o de manzana.
Os he puesto un tiempo de cocción inferior a las instrucciones del paquete + un tiempo de reposo porque una vez se ablanda el bulgur con unos minutos de cocción se puede dejar en el fuego apagado, que terminará de hacerse absorbiendo el agua que le queda (igual que el cuscús por ejemplo), mientras se enfría un poco, que es lo que necesitamos para poder trabajar la masa de las croquetas con las manos sin quemarnos. Es bastante práctico porque no tienes que estar pendiente de que se acabe el agua y se pueda pegar a la cacerola y una vez apagado el fuego no hay que removerlo, por lo que nos deja las manos libres y tiempo para preparar paralelamente la cebolla y el resto de ingredientes.
Con respecto al resto de ingredientes, podéis variarlos como queráis. He utilizado harina de trigo integral porque su sabor es más parecido al del bulgur que la harina blanca normal, al llevar parte del salvado, que potencia el sabor de las croquetas. Aún así, lo podéis hacer con la harina normal o con alguna otra harina que apelmace y sea elástica, preferiblemente con gluten (la de avena, por ejemplo). En lugar de harina de maíz podéis utilizar otra harina que no contenga gluten pero que no sea glutinosa o una fécula o almidón, por ejemplo se puede cambiar por harina de arroz (no harina de arroz glutinoso). Si utilizáis un almidón o fécula lo que os puede pasar es que se os desmoronen y se os deshagan las croquetas en la sartén o en la freidora.
Las especias también las podéis variar, añadiendo otras como cilantro, eneldo, cúrcuma y albahaca, o mezclas de especias como el garam masala, curry o ras-el-hanout (en tiendas de alimentación árabe y en las hindús suele haber variedad de mezclas de especias a buen precio). Se puede añadir picante con jengibre fresco, pimienta verde y chili en copos, que quedan muy bien con el bulgur y al no ser líquidos como el tabasco o el aceite de chili no tendremos que añadir más harina a la masa.
Si después de haber cocido el bulgur y tostado la cebolla no te apetece hacer las croquetas, mézclalo con las especias, pepino, tomate, rabanito y unas aceitunas y tómatelo como una ensalada ;)