Tarta de queso vegano con arándanos y toffee
Dificultad: media
Tiempo de preparación: 30 minutos + tiempos de reposo
Raciones: para 6-8 personas
Ingredientes:
Para el queso vegano:
♥ 1 receta de labneh vegano hecho con 1/8 de cucharadita de sal y dejándolo escurrir 24 horas
Para la base:
♥ 1 receta de galletas básicas (páginas 46-47 del libro de galletas veganas)
♥ 1-2 cucharaditas de margarina vegetal y 1 cucharada de harina para el molde
Para el relleno:
♥ ¼ – ½ taza de nata vegana para montar
♥ 2 cucharadas de azúcar glacé
♥ 100 g de arándanos frescos
Para el toffee:
♥ 2 cucharadas de azúcar
♥ 1 cucharadita de sirope de maíz (opcional)
♥ 1 cucharada de margarina vegetal
♥ 3 cucharadas de nata de soja líquida u otra nata vegetal líquida
♥ 20 g de nueces, 20 g de avellanas y 20 g de almendras para decorar (opcional)
Primero haremos el queso vegano. Para ello hay que seguir las mismas instrucciones que para hacer el labneh, pero añadiendo sólo 1/8 de cucharadita de sal y dejándolo escurrir 24 horas. Necesitamos un queso con menor contenido de agua aún. Después es lo mismo también: batir el yogur escurrido con la nata vegetal. Déjalo en la nevera, tapado, mientras haces el resto de la tarta.
Para la base de galleta haz la misma receta de las galletas básicas (páginas 46-47 del libro “Cómo hacer galletas veganas“), pero no las cortes, en su lugar haz una plancha a modo de base para un molde de tartas que no sea muy alto y de 25 cm de diámetro (no pasa nada si es un poco más grande o pequeño; si es muy grande puede que tengas que estirar demasiado la masa de galletas y te quede muy fina y se rompa; si es pequeño te sobrará masa, que puedes hornear aparte para hacer galletas). Unta ligeramente el molde con la margarina vegetal y espolvorea con la harina para formar una capa sobre la que colocar la masa de galleta (esta capa evitará que la galleta se quede pegada al molde y se queme). Coloca encima la masa de galleta, con cuidado de no romperla mucho (y si se rompe no pasa nada, arréglala un poco con otros trozos de masa), recorta lo que sobre de los bordes y hornéala 15-18 minutos a 190ºC. Vigílalo de vez en cuando y sácalo cuando veas que la masa de galleta se ha dorado. Deja que se enfríe sobre una rejilla.
Saca el queso vegano de la nevera y bátelo con el accesorio de varillas de la batidora o con un montaclaras hasta que quede montado y esponjoso.
Monta la nata vegana sobre un bol más grande con agua helada y hielos 3-4 minutos, hasta que esté bien montada, mantenga la forma y no se caiga. Si ves que después de montada es poca cantidad para el molde que vas a usar, añade más nata para montar y sigue batiendo para montarla. Pasa la nata montada al bol con el queso vegano y sigue montándolo todo junto. Añade poco a poco el azúcar sin dejar de batir.
Pruébalo y añade más azúcar si quieres. Tenemos que conseguir una mezcla muy cremosa y sedosa, esponjosa y que conserve la forma.
Añade los arándanos (bien lavados y secos) al bol y mézclalo bien con una espátula. Extiende la mezcla sobre la base de galleta que teníamos ya preparada.
Puedes reservar unas cucharadas de la mezcla de nata+queso sin arándanos para cubrir la superficie sin que se vea la fruta:
Alisa bien la superficie y deja la tarta en la nevera al menos 4 horas. La crema solidificará un poco más.
Para hacer el toffee deja fuera de la nevera la margarina y la nata vegetal (al menos 30 minutos).
Pon en un cacito pequeño el azúcar y el sirope de maíz (si lo usas) a fuego medio-bajo. Deja que se derrita por completo el azúcar antes de removerlo. Mantenlo al fuego hasta que adquiera un tono marrón claro, entonces añade la margarina vegetal y remuévelo rápidamente. Apártalo del fuego y sigue removiéndolo para deshacer la margarina y mezclarla bien. Añade la nata vegetal y mézclalo rápidamente hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa de color marrón claro. Deja que se enfríe.
Puedes picar frutos secos (recomiendo nueces, avellanas y almendras) para decorar la tarta.
Saca la tarta de la nevera y decórala con los frutos secos y el toffee. Puedes dejarla un rato más en la nevera o servirla directamente.
Recorta los bordes antes de desmoldarla para una mejor presentación (puedes picar la masa que has recortado, mezclarla con los frutos secos y usarla para decorar la tarta).
Es una forma sencilla de hacer una tarta de queso sin queso (ni otros lácteos) ni huevos con cosas que podemos encontrar más o menos fácilmente. Se puede hacer de muchas otras formas (echa un vistazo por ejemplo a esta receta o esta otra), también variando esta misma receta, así que tomadla como una guía para hacerla a vuestro gusto :)
Para hacer el queso en esta receta sólo he utilizado yogur de soja sin azucarar y nata vegetal porque lo que quería era una tarta ligera y muy cremosa, que se deshaga en la boca y que tenga un sabor sólo ligeramente ácido que deje también a los arándanos ser protagonistas, no sólo por el sabor sino por el contraste de texturas.
Al dejarlo escurrir más tiempo nos encontraremos con un queso más sólido (con menos cantidad de agua) que al hacer el labneh y con un sabor un poco más concentrado. Al batirlo notaremos que tiene la textura perfecta para servir como relleno, cobertura o cualquier otro uso para el que necesitemos que no caiga (que conserve la forma al menos). De sabor no estará salado ni muy ácido (si lo pruebas y te sabe ácido y pungente se habrá puesto malo. Comprueba la fecha de caducidad de tus yogures antes de hacer esta receta, utiliza una tela bien limpia y deja que escurra dentro de la nevera).
También puedes hacerlo como en la receta de petit suisse veganos, especialmente si no encuentras yogures de soja sin azucarar. Puedes hacerlo con yogur de soja dulce o azucarado, escurriéndolo un poco a mano en lugar de dejarlo escurrir 24 horas. Cuando son cantidades grandes de yogur prefiero no utilizar los azucarados (en especial para una receta de queso normal, que no queremos que sepa dulce) porque lo que suele pasar es que fermentan más fácilmente (el azúcar sirve de alimento para levaduras y bacterias), y mientras que eso es algo deseable para algunos tipos de queso, no lo es para estos otros, que tienen que ser más suaves y menos ácidos. Pero vamos, que lo puedes dejar fermentar si quieres que la crema sea más parecida a los petit suisse. Después de la fermentación bátelo con la nata vegetal montada y sigue con la receta exactamente igual, pero sin añadir más azúcar.
En la receta de petit suisse y en las otras de tarta de queso que os he enlazado antes tenéis más ideas para hacer el queso de las tartas de queso.
También, en lugar de fabricar tu propio queso vegano casero, puedes utilizar alguno de los que venden para untar, de sabor suave o “natural”, como el Tofutti original o Sheese original (echa un vistazo al listado de tiendas veganas).
El toffee queda genial con la cremosidad del queso+nata, arándanos y galleta, aunque la combinación que más me ha gustado ha sido todo eso con avellanas (con nueces y con almendras está bien, pero con avellanas mucho más), así que si queréis podéis usar sólo avellanas o añadir otros frutos secos que os gusten (macadamia, pecanas, cacahuetes tostados y anacardos, por ejemplo).
Es importante al hacer el toffee tener preparados y a mano los ingredientes, en especial la margarina y la nata vegetal, a temperatura ambiente. Si éstos están muy fríos o se te enfría el caramelo por ir a buscarlos, cuando añadas la margarina y la nata el caramelo se solidificará y lo que tendrás serán trozos grandes de caramelo duro flotando en aceite y nata. Si lo recalientas se convertirá en caramelo aceitoso. Así que mejor empezar con todo preparado y hacerlo a la primera ;)
Por supuesto no dejes que se te queme el caramelo, añade la margarina rápidamente cuando tenga un color marrón claro suave y retíralo para que deje de calentarse (podría quemarse aún después de añadir la margarina). Si quieres un toffee que quede más sólido, utiliza el de la receta de las barritas de chocolate del libro de galletas veganas (páginas 84-85), coloca los frutos secos en la tarta y vierte por encima este caramelo mientras aún está templado. Deja que se enfríe y solidifique un poco en la nevera.
Para la base he utilizado una masa de galletas muy básica, pero puedes usar la que quieras o más te guste en combinación con los demás sabores de la tarta, por ejemplo con ralladura de naranja y de limón, con jengibre, con coco o con avena. Eso sí, que sea una masa que se pueda estirar, si no será muy difícil (o imposible) ponerla en el molde.
Si no quieres hacer masa de galletas puedes partir de galletas ya hechas o compradas (hay muchas marcas de galletas tipo maría, hojaldradas, napolitanas, etc., que no llevan huevos ni lácteos), batiéndolas con una pequeña cantidad de leche de soja, margarina, dátiles o nata de coco (por poner algunos ejemplos) para crear una masa que se pueda extender por el molde. Puedes dejar que solidifique en la nevera o meterla unos minutos en el horno para secarla y hacerla más crujiente. Puedes ver algunos ejemplos de base de galletas molidas en la receta de la Tarta 4 Chocolates, Cheesecake de limón, Cheesecake de fresas y en la foto-receta de Tarta de chocolate fundente.
La tarta ya terminada aguanta perfectamente 3 días en la nevera (en un recipiente cerrado o tapada), así que puedes tener postre para varios días ;)
Pues nada más, vuelvo de mi pequeño retiro con cosas nuevas y un poco más de ganas. Gracias a tod@s por estar ahí y por vuestros mensajes de apoyo, que los leo todos aunque se me pasen algunos por contestar, por enviarme las fotos de vuestras primeras incursiones en la cocina, por darme ideas, por ponerme gifs de gatitos, por las donaciones que hacéis por los recetarios y gracias a las cuales puedo seguir manteniendo la página y comprando ingredientes…
Un trocito de tarta para tod@s vosotr@s ♥ ٩(◜ᴗ◝ )۶