Sopa en 10 minutos
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 10 minutos
Raciones: para 2-3 personas
Ingredientes:
♥ 1 cucharada de miso
♥ 1 zanahoria mediana
♥ 1/2 puerro mediano
♥ 1 taza de repollo cortado en juliana
♥ 1/2 cucharadita de cebollino picado
Pon en una cacerola mediana 3 tazas de agua caliente y el miso y ponlo a fuego medio-alto. Remuévelo de vez en cuando.
Mientras hierve, lava y pela la zanahoria y córtala en rodajitas finas.
Lava y corta el puerro en rodajas diagonales gruesas (te saldrán 5 o 6 rodajas).
Lava el repollo, córtalo en juliana (en tiras muy finas) y ve poniéndolo en una taza, así irás calculando la cantidad tranquilamente.
Cuando empiece a hervir agrega la zanahoria y baja un poco el fuego. Remuévelo.
Tras 2-3 minutos añade el puerro y remuévelo. Deja que se cueza otros 2 minutos. Por último añade el repollo, remueve bien, déjalo cocer 1 minuto y apaga el fuego. Déjalo reposar un par de minutos.
Sírvelo en platos o en boles con el cebollino picado por encima.
El miso es una pasta fermentada que normalmente es de soja, pero puede ser de arroz u otros cereales. Lo podéis encontrar en supermercados orientales, en tiendas veganas y algunos herbolarios, y a mí me encanta (entre otras cosas) porque tarda mucho en ponerse malo, por lo que un paquete que cueste unos 4€ lo utilizo en más de 30 platos diferentes y me dura más de 6 meses. Tengo un paquete de miso oscuro casi acabado (le quedan un par de cucharadas aún) bien guardado en la nevera desde hace meses y está estupendamente, en serio. Las otras cosas por las que me gusta es por el sabor. No intentéis sustituirlo por caldo de verduras porque no tiene nada que ver. Es una pasta fermentada que tampoco sabe a soja, sabe… a miso. Con una cucharada grande le das sabor a sopa para 2 o 3 personas y no hace falta añadir sal. No se parece al tofu, ni al tempeh ni en la textura ni en el sabor. El miso se deshace en líquido, mientras que los anteriores no, además el tofu no sabe a casi nada y no es fermentado, y el tempeh pese a ser fermentado (lo es, pero de otra manera) tiene un sabor muy diferente. Suelen servir sopas de miso en algunos restaurantes chinos, en los japoneses y en algunos vegetarianos, por si queréis probarlo, y en los supermercados orientales suelen tener al menos un par de tipos de miso (oscuro y claro), que varían en tiempo de fermentación, color y sabor. El que yo he usado es un miso oscuro, de sabor más fuerte que el miso blanco, ya que utilizo poca cantidad para tanto agua.
El caldo de esta sopa se hace enseguida, básicamente es disolver el miso en el agua, y los ingredientes nos tienen que quedar al dente, no blandurrios y quebradizos, por eso se hace tan rápido. Podéis leer más sobre cómo cocer verduras aquí. El repollo lo podéis cambiar por col china sin problema, incluso podéis dejarla cocer un minuto menos. No os preocupéis, gracias al potente sabor y aroma del miso y de la poca cocción del repollo, no apestará la casa “a col”. Queda muy agradable, crujiente aún, nada amarga y muy sabrosa.
Se pueden añadir más ingredientes tranquilamente, cuidando de cortarlos al tamaño adecuado para la poca cocción que van a tener. Por eso he cortado las zanahorias más bien finas. Si ponéis cebolla, no la cortéis tan fina como el repollo (salvo que queráis que parezcan hilillos flotando); si ponéis pimiento, mejor en tiras finas; si ponéis setas shiitake, que hayan estado en remojo antes; si ponéis champiñones, que sean en láminas finas; si queréis poner algún tipo de pasta, que sea de las que se cuecen en 5 minutos como máximo (pastas orientales como los fideos soba, fideos finos de arroz o ramen instantáneo, o pasta maravilla, estrellitas y similares).
Aunque se use principalmente para sopas, podéis usar el miso para muchas más cosas, pensad por ejemplo que gracias a su textura untuosa nos sirve de base para patés y quesos vegetales, para tartas saladas, para hacer cremas y salsas… no le tengáis miedo a los ingredientes y jugad con ellos ;)