Romanescu gratinado con salsa de tomate y bechamel
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos
Raciones: para 2 personas
Ingredientes:
♥ 300 g de brócoli romanescu
♥ 2 patatas medianas
♥ 1/2 taza de salsa de tomate o tomate frito
♥ 1/2 cucharadita de ajo en polvo
♥ 1/2 cucharadita de albahaca picada
♥ 1/2 cucharadita de perejil picado
♥ 2 cucharadas de aceite de oliva
Para la salsa bechamel:
♥ 250 ml de leche de soja
♥ 2 cucharadas de harina de trigo
♥ 3 cucharadas de aceite de oliva
♥ 1/4 de cucharadita de nuez moscada
♥ sal al gusto
♥ aproximadamente 3 cucharadas de queso vegano (de soja) tipo gouda, rallado
Pela las patatas, lávalas y córtalas en rodajitas muy finas. Calienta el aceite en una sartén antiadherente, a fuego medio, y distribuye las rodajitas de patata por la sartén. Deja que se doren dándoles la vuelta de vez en cuando (tardarán 5-6 minutos).
Lava el brócoli y separa los floretes con cuidado, procurando que queden enteros. Si alguno es demasiado grande puedes cortarlo por la mitad.
Distribuye las patatas por el fondo de una fuente honda para horno de tamaño mediano y pon por encima los floretes de romanescu. Si quieres que queden sobresaliendo, como en la foto, puedes hundir los tallos en las patatas (clavarlos). Espolvorea por encima las especias y vierte la salsa de tomate.
En otra sartén antiadherente calienta el aceite para la bechamel a fuego medio-bajo. Agrega la harina poco a poco, procurando que se extienda bien por el aceite, que se impregne y se dore muy ligeramente. Baja el fuego y añade poco a poco la leche de soja sin dejar de remover para deshacer los grumos que pudiesen salir. Añade la nuez moscada y una pizca de sal (al gusto, ponle sal y pruébalo). Si al final te quedan grumos no pasa nada, bátelo con la batidora.
Cubre el brócoli con la bechamel de soja y distribuye por encima el queso de soja rallado.
Mételo al horno a gratinar a fuego fuerte de 5 a 8 minutos, hasta que veas que se dora la parte superior.
Sírvelo caliente.
He aquí otra receta bien fácil para los que os acercáis a la cocina “de lejos” u os parece muy complicada cualquier cosa que tenga más de un método de cocción. No le tengáis miedo a la cocina, que de todo se aprende, sobre todo de los errores ;)
Para esta receta he utilizado una variedad de brócoli que es un híbrido de brócoli y coliflor, de hecho es grande como una coliflor pero tiene estos ramilletes tan curiosos de forma fractal. Su sabor está entre el brócoli y la coliflor, mucho más suave, y no suelta “ese olor” que tanto desagrada. Queda siempre crujiente y es genial para salteados, para hacerlo a la plancha, a la parrilla o al horno. También para sopas y para cremas, pero desarrolla muchos más sabores con poco tiempo de cocción. A veces me cuesta encontrarlo, en los supermercados no lo tienen siempre y sólo lo traen a algunas fruterías de barrio. Si lo encuentras en alguna no dudes en comprarlo y probarlo.
Como sustituto puedes usar coliflor verde, que es más común y se parece más que la coliflor blanca o el brócoli, por si no encuentras romanescu.
Para la bechamel puedes cambiar la leche de soja por cualquier otra bebida vegetal que te guste, pero que no sea dulce. Puedes usar leche de arroz, de avena, de avellana, etc. Y el aceite de oliva lo puedes cambiar por margarina (añade sólo 1 cucharada) para darle otro sabor y una consistencia ligeramente más cremosa.
El queso vegetal tipo gouda le va muy bien al sabor del romanescu, pero si no tienes o no lo encuentras, sirve cualquier otro queso vegetal de sabor medio (semicurado, por ejemplo). Si no tienes cerca ningún sitio en el que lo vendan, pon un poco de pan rallado y un puñadito de levadura de cerveza desamargada. Si tampoco tienes levadura desamargada, déjalo sólo con el pan rallado y vigila que no se te queme. Hombre, con el pan rallado no tiene el mismo sabor, pero queda buenísimo :)
Para variar la receta recomiendo cualquier verdura crujiente que precise poco tiempo de cocción, por ejemplo zanahoria, coliflor, brócoli, apio, puerro, etc. Si nos ponemos creativos podemos hacerlo extra crujiente con repollo o col china picada bien fina (lo suficiente como para que llegue hasta el borde del recipiente), o cambiar el aroma con unos ajos tiernos, unos espárragos previamente hechos a la plancha o ralladura de hinojo. Si cambiamos las especias también, tenemos muchas más combinaciones. Utiliza especias fuertes para ello, como curry (u otras mezclas), comino, pimentón ahumado o romero. Podemos conferir más sabores marinando la verdura en la mezcla de especias que queramos, con salsa de soja, vinagre de arroz, melaza y vino blanco, o rebozarlas ligeramente para que se hagan al horno unos minutos, antes de gratinarlo.
En este tipo de platos podemos usar mucho la imaginación y sacar decenas diferentes, así que ya sabes, un ratito libre y unos pocos ingredientes para empezar a cocinar como un profesional ;)
No he probado nunca el romanescu, pero leyendo tu receta se me ha hecho la boca agua…
Lo hice ayer y fue genial. Menudo sorpresa di con este plato. Muchas gracias
@Claudia: tienes que probarlo :D
@Cur5: me alegro muchísimo :__) gracias por probarlo
He probado la misma receta pero con brocoli, que el romanesco es muy complicado de encontrar. Muy rica la receta, ¡gracias!
Igual era obvio pero como no lo comentas en la receta he puesto el romanescu sin cocer y se ha quedado duro. Una pena. El resto estaba rico.
Hola Rafael!
En efecto el romanescu va crudo, después de la cocción en el horno ha de quedar al dente (tierno pero entero). La próxima vez añade más líquido a la bechamel y haz los floretes más pequeños o blanquéalo primero 60 segundos en agua hirviendo.
Un saludo!
Ok. Gracias por la aclaración. Probaré a la siguiente. Por cierto el ragout de 10! :)
Ayer noche hice tu receta de ravioli con espinacas y soja texturizada, las hice al horno cubriendo cada una con el aceite y la albahaca. Deliciosas y super sanas.
Me alegro mucho! :)