Lasaña de polenta
Dificultad: media
Tiempo de preparación: 45 minutos
Raciones: para 3-4 personas
Ingredientes:
Para la polenta:
♥ 3/4 de taza de polenta
♥ 1 taza de leche de soja
♥ 1 taza de agua
♥ 1 cucharada de aceite de oliva
♥ 1 hoja de laurel
♥ 1 cucharadita de sal
Para la lasagna:
♥ 1 calabacín mediano
♥ 1/2 taza de soja texturizada fina
♥ 1 cebolla blanca
♥ 2 zanahorias medianas
♥ 2 ajetes tiernos
♥ 1/2 taza de salsa de tomate o tomate frito
♥ 1 cucharada de salsa de soja
♥ 1 cucharadita de tomillo picado
♥ 1 cucharadita orégano picado
♥ 1/2 cucharadita de albahaca picada
♥ 2 cucharadas de aceite de oliva
♥ 150 ml de nata de soja para cocinar
♥ 1 cucharada de queso de soja en polvo tipo parmesano (opcional)
*Nota: con esta receta de polenta te va a sobrar la mitad (depende de lo fina que hagas la lámina), pero puedes guardar lo que te sobre o dividir la cantidad de ingredientes entre 2 para hacer la mitad.
Pon en una cacerola mediana el agua, la leche de soja, el aceite de oliva, el laurel y la sal, y ponlo a fuego fuerte para que hierva, removiendo de vez en cuando. Cuando empiece a hervir (vigílalo, se puede salir) baja el fuego al mínimo y añade la polenta. Aunque según el tipo de polenta que compres el tiempo de cocción puede variar, con 6-8 minutos removiendo será suficiente. Al poco de agregar la polenta empezará a espesar. Tienes que remover enérgicamente con una cuchara de palo (preferiblemente que sea resistente) para que la polenta se vaya haciendo, deshaciéndose los grumos y evitando que se nos pegue. Al ratito te costará remover por la densidad de la masa. No te preocupes, lo que buscamos es que quede una pasta densa más que cremosa y líquida, que al levantarla y mezclarla apenas pierda su forma. Ten cuidado, porque se pueden formar burbujas que al explotar liberan vapor de agua muy caliente.
Cuando tu masa esté bien espesa y sea casi imposible de remover, apártalo del fuego.
Engrasa ligeramente una bandeja para horno, con aceite o margarina vegetal, y vierte la masa sobre ella. Trata de extender la polenta todo lo que puedas con la cuchara de palo. Como lo que necesitamos son láminas no demasiado gruesas para la lasaña (máximo 1cm de grosor), vamos a cortar un trozo de papel de aluminio que cubra la superficie de la placa de horno y colocarla sobre la masa. Ahora, con un rodillo, aplastamos y alisamos la polenta hasta el grosor deseado. Retira el papel de aluminio y déjalo enfriar en un lugar fresco y seco (sirve la nevera).
Mientras se enfría la polenta, prepara el relleno.
Lava las verduras y corta el calabacín en láminas gruesas, la zanahoria en tiras finas (primero pélala, y corta las tiras con el pelador), pica los ajetes y la cebolla bien finos (para la cebolla puedes usar un rallador de ojos grandes).
Pon una cucharada de aceite en una sartén antiadherente, a fuego fuerte, y dora el calabacín, salteándolo. Retíralo y resérvalo. Pon otra cucharada de aceite en la sartén. Añade ahora la cebolla, deja que se tueste ligeramente uno o dos minutos (remuévelo) y agrega los ajetes. Ponlo a fuego medio e incorpora la soja texturizada (tal cual, sin hidratar), mézclalo bien y espolvorea con el tomillo y el orégano. Añade la salsa de soja y media taza de agua, remuévelo y deja que absorba todo el agua (tardará 3-4 minutos).
Apaga el fuego y añádele la salsa de tomate o el tomate frito y mézclalo.
Ahora que la polenta estará fría, córtala con un cuchillo en cuadrados o rectángulos del tamaño que quieras hacer la lasaña. Yo, como quería que me quedase perfectamente rectangular, he utilizado un molde para pan mediano; tú puedes hacer lo mismo, no es necesario engrasarlo. Sólo fíjate en el tamaño que tiene y corta los trozos de forma que puedas montar la lasaña con 3-4 por capa. No cortes un único rectángulo para cada capa salvo que la lasaña sea pequeña o vayas a utilizar una plancha grande para dorar la polenta, porque si no no te cabrá en la sartén.
Bueno, cortamos nuestros cuadrados o rectángulos de polenta con un cuchillo y los doramos a fuego fuerte en una sartén, plancha o parrilla antiadherente, lo justo para que se doren un poco por cada lado. No te hará falta poner aceite, porque con el que llevaba la propia polenta (sí, ya sé que es poco) y el que hemos puesto en la bandeja del horno es suficiente. Ayúdate de una espátula para darles la vuelta, y hazlos por tandas, los que te quepan en la sartén. Cuando los vayas sacando ve poniéndolos directamente en el molde (si lo usas), o en la bandeja en que lo vayas a servir. Sobre la primera capa de polenta pon una capita de calabacín, otra de zanahoria, y sobre ésta, una de soja texturizada con tomate. Después, otra capa de polenta – calabacín – zanahoria – soja texturizada hasta acabar con los ingredientes. Te sobrará polenta, como ya he comentado en un principio. Métela en un tupper bien cerrado y guárdala en la nevera para otra ocasión.
Para servir la lasaña, si has usado un molde, como yo, basta con darle la vuelta sobre una bandeja, verter por encima la nata de soja y espolvorear con el queso vegano y la albahaca. Si no has usado molde no tienes que darle la vuelta a nada, sólo terminar la presentación con la nata, el queso y la albahaca.
No hay que gratinar, lo servimos directamente tal cual, caliente.
Esta vez tocaba una receta con un poco más de dificultad y que se tarda más en hacer, pero merece la pena. Además te sobrará polenta por si quieres repetir otro día (con lo que se reduce drásticamente el tiempo de preparación de la receta) o para cocinarla de la forma que quieras.
La polenta es sémola de maíz, una especie de harina que nos puede servir para muchas cosas. Se suele cocinar con más agua para hacerla cremosa, o como la hemos preparado para esta lasagna, densa y consistente para hacer pastelitos salados, barritas y similares. También nos sirve para preparaciones dulces, para hacer pasta y para panes (mezclándolo con otras harinas). Si no la habéis probado, os lo recomiendo, además sale barata y cunde muchísimo.
Siendo una lasaña ponemos por encima nata de soja (que vale también de avena o de arroz) en lugar de bechamel porque el sabor pega bastante más y porque es un plato que llena bastante, no recomiendo usar salsas que sean muy pesadas, mejor algo más ligero. El queso vegano en polvo, si no lo encuentras, puedes omitirlo y poner en su lugar levadura de cerveza desamargada, pan rallado, anacardos rallados o incluso hinojo rallado. Es por darle un puntito más de sabor, puedes poner otros ingredientes o especias (pimienta negra, unas gotas aceite de oliva aromatizado con guindilla, hierbabuena, etc). Con el relleno exactamente lo mismo, puedes añadir más verduras o cambiarlas. Lo que sí recomiendo es que se utilice el mismo medio de cocción (bien doradas, a la plancha) porque nos dará muchísimo sabor. En el caso de la zanahoria es mejor dejarla cruda porque su textura crujiente resulta muy agradable para este plato. Adáptalo a tus gustos, añade ingredientes o especias y dale tu toque personal ;)
Yo nunca había probado la polenta hasta que empecé a comprarla para mi bebé ¡y ahora me encanta! esta lasaña tiene una pinta de impresión…