Galletas rellenas de chocolate

Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos
Raciones: aprox. 50-60 galletas
Ingredientes:

♥ 1 taza y 1/2 de harina de trigo (+1/2 taza para trabajar la masa)
♥ 1/4 de taza de harina de arroz
♥ 1 cucharada de maicena
♥ 4 cucharadas de margarina vegetal
♥ 1/2 taza de azúcar
♥ 1 cucharada de azúcar vainillado
♥ 1/4 de taza de coco rallado
♥ 100 ml de leche de soja
Para el relleno
♥ 2 cucharadas de margarina vegetal
♥ 1 cucharadita de coco rallado
♥ 1/4 de taza de azúcar glacé
♥ 1 cucharada de leche de soja
♥ 1/2 taza de cacao en polvo

En un bol mezcla la harina de trigo con la harina de arroz y la maicena y tamízalo.
En otro bol, en el que vamos a hacer la masa, pon la margarina vegetal y remuévela, batiendo a mano ligeramente, hasta que quede a punto de pomada (manejable y sedosa). Añade el azúcar normal y vainillado y bátelo a mano para que quede esponjoso y agrega el coco rallado.
Sin dejar de batir añade poco a poco la mezcla de harinas tamizadas y la leche de soja, hasta que la masa quede densa y compacta (no podrás seguir batiendo y hay que trabajarla a mano).
Espolvorea harina en una superficie para amasar y pon la masa en ella. Amásala ligeramente y estírala con el rodillo, que quede una placa uniforme de unos 5 mm de grosor.
Precalienta el horno a 170ºC.
Coloca una lámina de papel de hornear sobre una bandeja para horno, que es donde vamos a colocar las galletas.
Con un molde o cortador redondo ve cortando la masa y colocando cada galleta en la bandeja de horno, dejando una pequeña separación entre galletas. El cortapastas que he utilizado es de 4 cm de diámetro, por eso las galletas son pequeñas. Te saldrá, además, para 2 bandejas de galletas, así que puedes ir poniendo papel en otra bandeja o esperar a que se haga la primera para meter una segunda tanda en el horno.
Los recortes de la masa se pueden volver a usar, júntalos todos, vuelve a estirar la masa con el rodillo y corta más galletas.
Mete las galletas al horno a 170ºC durante 12-15 minutos, hasta que veas que se empiezan a dorar (no dejes que se tuesten). Sácalas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla.

Para el relleno sólo tienes que mezclar los ingredientes y batirlos muy bien a mano o con la batidora a velocidad baja. Cuando la mezcla parezca homogénea y sin grumos, estará lista.

Cuando se hayan enfriado las galletas, pon un poco de relleno en el centro de una de ellas (con una cucharita o con una manga pastelera) y coloca otra encima, presionando para que el relleno llegue hasta el borde. Para galletas de 4 cm como las mías sólo es necesaria 1 cucharadita de relleno.
Se pueden guardar en la nevera dentro de una bolsa o en un tarro para galletas bien cerrado. Lo mejor es rellenarlas poco antes de comerlas, así te durarán más. Guarda por un lado las galletas y por otro el relleno en un envase cerrado.
Están buenísimas acompañadas de cualquier bebida vegetal.

Aunque la masa de las galletas lleve coco, realmente no queda un sabor muy pronunciado, sino un aroma muy agradable (¡y apetitoso!). Sobra decir que se pueden hacer con cualquier bebida vegetal, y en este caso no hay problema en usar leches vegetales con sabores. Yo he utilizado una leche de soja que es un poco dulce y con aroma a vainilla, pero quedan muy bien con leche de arroz, de almendras, de avellanas, etc.

Para el relleno puedes cambiar la margarina por mantequilla de cacahuete o crema de avellanas. Si haces leche de almendras casera, utiliza la pasta de almendras sobrante. Otra cosa que puedes usar es tofu sedoso (silken tofu), muy bien escurrido y secado. Como cacao en polvo sirve también el cacao soluble (si es azucarado reduce un poco la cantidad de azúcar glacé) o la misma cantidad de chocolate para fundir. Con el chocolate para fundir se te quedará un relleno más compacto y duro al enfriarse, así que si lo quieres cremoso pon menos chocolate y una pizca más de leche vegetal.

Se pueden hacer cientos de variaciones de la receta, cambiando o añadiendo ingredientes. Por ejemplo, añadiendo ralladura de limón o naranja, almendras molidas, avellanas, nueces, dátiles, canela, anís, semillas de amapola, sésamo, menta, alguna fruta triturada (si usas una fruta tendrás que ajustar la cantidad de líquido de la masa), etc.