Fufu con guiso de tomate y soja
Dificultad: media
Tiempo de preparación: 25 minutos
Raciones: para 2-4 personas
Ingredientes:
Para el fufu:
♥ 1/2 taza de harina de fufu
♥ 3/4 de taza de agua
♥ 1/4 de cucharadita de sal (opcional)
Para el guiso:
♥ 1/2 taza de soja texturizada gruesa
♥ 1 cebolla mediana
♥ 4 tomates maduros bien rojos
♥ 1 cucharadita de tomillo
♥ 2 cucharadas de aceite de oliva
♥ 1/4 de pastilla de caldo de verduras
♥ 1/4 de cucharadita de pimienta negra molida
♥ 1/4 cucharadita de sal
*Nota: no entres aún en modo pánico, explico todo esto tan raro al final de la receta.
Mezcla en una cacerola mediana o pequeña la harina de fufu, la sal (es opcional) y el agua, y remuévelo bien con una cuchara de madera (que sea resistente) hasta que se forme una pasta consistente. Ponlo al fuego, a fuego medio-bajo, removiendo la masa constantemente con la cuchara de madera, sujetando bien la cacerola. La masa irá espesando mucho más y te costará bastante removerlo y amasarlo, estará listo en 5-6 minutos, cuando veas que tiene una consistencia casi como de chicle, no tan pegajosa como al principio, más suave y elástica. Apártalo del fuego y ponlo en un bol ancho ligeramente humedecido. Agítalo para que la masa tome forma redondeada y deja que se enfríe un poco antes de dividirla.
Para el guiso pon en remojo en agua caliente la soja texturizada. Pica la cebolla y dórala en una sartén mediana con el aceite y el tomillo. Ralla los tomates y añádelos a la sartén junto con la pimienta y el caldo de verduras. Agrega también la soja texturizada y 1/2 taza de agua, remuévelo todo y déjalo cocer 5 minutos a fuego medio o hasta que espese y reduzca un poco, removiendo de vez en cuando.
Divide el fufu en 4 o 6 partes y con las manos húmedas dales forma ovalada. Sirve el guiso en los platos y pon una o dos bolas de fufu en el caldo. Para comerlo, ir tomando trozos de fufu con la cuchara a la vez que caldo y comerlo tal cual.
Y ahora la explicación: qué es el “fufu” ese. Pues es una bola de masa que se come en sopas o guisos, hecha con ingredientes con bastante almidón, normalmente ñame y mandioca, aunque muchas veces se añade plátano macho. La forma de prepararlo es partiendo del ñame y la mandioca enteros, se hierven hasta que se ablandan, se escurren y con una especie de mortero gigante se machacan poco a poco, moviendo y doblando la masa, hasta que se forma una gran bola suave y elástica que recuerda a los mochis japoneses no sólo en textura, sino en la forma de prepararlo (aquí podéis ver un vídeo del proceso). Como es algo complicado, venden harina para hacer fufu, que se compone en un 75% de ñame y 25% de mandioca. Basta añadir agua y cocer, como he hecho en esta receta, para que nos quede lo más parecido que podemos hacer. La caja de harina que encontré, por casualidad, en un supermercado oriental, es esta:
Un supermercado oriental, extraño sitio en el que encontrar algo típico de Ghana… Supongo que lo podréis encontrar en casi cualquier tienda de alimentación africana. Puede parecer algo caro (entre 3,50 y 4€) pero cunde bastante, y total, no es algo que andes comprando todos los días, bien cerrado te durará mucho tiempo y lo puedes usar para más cosas, como espesante, para sopas, guisos, croquetas, etc. Para que se nos haga una bola tenemos que usar más agua que harina (1/2 taza de harina y 3/4 de taza de agua), lo que nos da una idea de la cantidad que hemos de usar si sólo queremos espesar (1 cucharada es suficiente para un guiso grande, 1 cucharadita para una salsa). Nunca había hecho ningún plato africano (exceptuando de la parte mediterránea) ni había investigado sobre la gastronomía de los países subsaharianos, así que era un buen comienzo.
A la hora de hacer el fufu es importante que no os saltéis el paso de remover, machacar y amasar en la cacerola, tened en cuenta que si la masa no se cuece por todas partes después sabrá a harina, y que sin el amasado no quedará elástica y suave. Cuesta un poco, sobre todo cuando llevas un rato, pero merece la pena. Es normal si se queda una fina capa de masa pegada a la cacerola, pero no se quema a menos que tengáis el fuego muy alto (y se va dejando la cacerola en remojo en agua caliente). Os he puesto que le añadáis sal, como algo opcional, porque la masa es bastante sosa aunque tiene el sabor del ñame.
El fufu se echa en el caldo de un guiso, generalmente con tomate, como el que he hecho para esta receta, pero no se cuece con el guiso, sino que se añade al momento de servirlo. Si lo hiciste en otro momento y lo guardaste en la nevera lo mejor es recalentarlo volviendo a ponerlo en la cacerola y amasando, con un chorrito de agua, hasta que vuelva a tener la consistencia óptima y una temperatura caliente o templada. Si lo calientas en el microondas es posible que se seque bastante, y si lo echas en el guiso mientras éste se cuece, se te irá deshaciendo el fufu.
Para el guiso he utilizado la soja texturizada gruesa en cuadraditos que ya he usado en otras recetas, junto con tomates recién cogidos que me trajeron. Rojos, rojos, bastante grandes, de los que huelen a distancia y saben un montón a tomate. La diferencia que hay entre estos tomates y los insípidos que venden es que éstos se recogen cuando aún no han terminado de madurar y se almacenan madurando sólo en color por el etileno que desprenden. Si los coges de la planta cuando ya están bien maduros lógicamente tendrán más sabor y color. No hay más misterio. Si los coges antes de que desarrollen su potente sabor, madurarán en color y textura con el tiempo, pero quedarán insípidos. Claro, no todo el mundo puede comprar o coger tomates en su punto, y me incluyo porque fue una cosa excepcional, así que sólo nos queda intentar comprar lo mejorcito que encontremos. Bueno, eso o usar tomate frito para el guiso, que nos quedará estupendamente y no habrá que añadir sal.
La soja texturizada la podéis cambiar por cualquier verdura que queráis (os recomiendo brócoli, coliflor, bok choy o coles de bruselas doraditas al wok o a la parrilla), por tofu duro, tempeh, seitán, salchichas veganas, pollo vegano, pavo vegano, salami vegano o cualquiera de estas “carnes” vegetales que venden en las tiendas veganas, algunos supermercados y herbolarios.
Ya sé que hace mucho calor para un guiso, y ya van dos recetas consecutivas de guisos, pero la anterior se puede tomar templada y esta la hice hace tiempo aunque he tardado en publicarla :P Nada, os la guardáis para el otoño y tan ricamente ;)
Se ve estupendo, con el frío que está haciendo en esta parte del planeta (Argentina), más ganas me dan de comerlo.
A ver si tengo suerte y consigo el fufu.