Elegir la pasta
¿Cómo elegir la pasta?
Una de las primeras cosas que tienes que hacer es pensar qué tipo de pasta (seca, fresca o casera) quieres usar para el plato que vas a hacer. Y para elegir, hazte las siguientes preguntas:
– ¿Voy a usar la pasta como primer plato, segundo plato o plato principal?
– ¿Qué tipo de salsa le voy a poner a la pasta?
– ¿Qué pasta me gusta más?
Y con esto ten en cuenta las siguientes consideraciones para saber qué pasta es mejor según las circunstancias:
La pasta seca es pasta que ha pasado por un proceso de secado que la deja completamente deshidratada antes de ser empaquetada. Hay cientos de sabores, colores, formas y tamaños, y cuando la cueces crece al menos el doble de su tamaño. Suele estar hecha de sémola de trigo duro y dura mucho tiempo después de abierto el paquete.
La pasta seca es la más versátil y la puedes encontrar en más sitios. También tiene muchos más colores y sabores. Cuando la cueces mantiene su forma mejor que la fresca, así que se puede usar parra ensaladas y guisos. También la puedes acompañar con salsas fuertes.
La pasta fresca no ha sido secada del todo, es más tierna que la seca y se cuece más rápidamente. También la pasta fresca básica está hecha a base de sémola de trigo duro, pero a veces lleva huevos. Dura poco tiempo y ha de conservarse en la nevera. No hay tantas formas, tamaños y sabores como la pasta seca, pero sí suele haber más variedades rellenas. La pasta fresca es más absorbente, y muchas veces más saciante, por lo que se suele servir con salsas suaves. Hay que tener cuidado al almacenarla para no deformarla.
Formas y tamaños
Antes de seleccionar la forma o tamañoo de la pasta que vas a comprar, tendrás que saber para qué la vas a usar, qué tipo de plato vas a hacer, si es una sopa, una ensalada, un guiso, si la vas a usar como guarnición… así como la salsa que vas a usar. Las pastas grandes y gruesas van muy bien con salsas espesas y fuertes, mientras que las pastas finas combinan mejor con caldos suaves y salsas sedosas. Cuanto más delicada la pasta, más ligera la salsa.
Si una receta especifica una pasta en concreto, puedes sustituirla por otra de un tipo similar.
Sabor y color de la pasta
La pasta en general tiene un sabor muy suave, entre cereal y nuez. Si quieres experimentar con los sabores de la pasta hay muchas opciones. Algunos de los sabores proceden de la harina empleada para hacer la pasta, otros de la adición de potenciadores del sabor y sabores artificiales, otros de especias, hierbas y verduras, otros de frutas… y algunos de elementos más exóticos como té verde o vino tinto.
En general podemos encontrar pasta muy amarilla si se ha usado harina de maíz, pasta morada (con remolacha), verde con espinacas, naranja con zanahoria, roja con tomate y la pasta negra puede estar hecha con algas o con tinta de calamar. Siempre es mejor comprobarlo.
Ten en cuenta también que a veces afecta al sabor, y que puede que la salsa que vas a usar combine bien con la pasta blanca, pero no con una pasta con un ligero sabor a alguna verdura.
La pasta asiática cuenta con cientos de variedades, la gran mayoría fideos. Una de las cosas más interesantes es que cuentan con muchas pastas hechas con harina de arroz, judías mungo o maíz, siendo originales y aptas para celíacos. La mayoría de las pastas asiáticas no contienen huevo, se suelen cocer antes y suelen quedar mejor en salteados.
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