Aros de chocolate veganos
Rosquillitas de galleta super crujiente bañadas con una fina capa de chocolate negro… ¡Una tentación! ¡Y lo podéis hacer en casa! Aunque vendan algunas marcas de aros de chocolate que son veganos, no hay nada como lo casero. Esta receta te sorprenderá porque es fácil y el resultado está demasiado bueno, taaaaaan crujiente, con el punto justo de dulzor y un chocolate que se derrite en la boca…
Además lo he subido todo paso a paso para que sea más fácil aún :)
Dificultad: media
Tiempo de preparación: 20 minutos + tiempos de reposo
Raciones: para 14-18 rosquillas
Ingredientes:
♥ 100 g de harina de trigo normal
♥ 50 g de margarina vegetal
♥ 25 g de azúcar moreno
♥ una pizca de sal
♥ 12 g de almidón de maíz (maicena)
♥ 30 g de nata de soja para cocinar (u otra nata vegetal líquida)
♥ 1 g de extracto de vainilla
♥ 3 g de levadura de repostería
Para la cobertura:
♥ 75 g de chocolate negro sin lácteos (52% cacao)
♥ 15 g de chocolate negro sin lácteos (78% cacao)
Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Prepara una bandeja de horno con papel para hornear.
Bate en un bol la margarina con el azúcar moreno (puedes hacerlo con un tenedor) hasta que se forme una crema suave.
Añade la sal, el almidón y la vainilla y sigue batiendo para incorporarlo.
Agrega la nata de soja y 50 g de harina de trigo y sigue batiendo hasta lograr una masa homogénea.
Mezcla la levadura con los 50 g de harina restantes y añádelo a la masa. Mézclalo lo mejor que puedas y amásalo a mano un par de minutos, lo justo para obtener una masa homogénea, trabajable, no pegajosa ni seca o quebradiza.
Si tu masa parece seca amásala un minuto más. Si después de eso sigue estando seca, añade 1 cucharada de agua y vuelve a amasar. Procura no añadir demasiado líquido.
Si, por el contrario, tu masa está muy blanda, puedes añadir un poco más de harina.
No te preocupes si quedan pequeños trocitos de azúcar moreno, las rosquillitas así quedarán muy buenas.
Espolvorea ligeramente la superficie de trabajo con harina. Pon la masa en el centro, hecha una bola, y estírala con el rodillo hasta conseguir una lámina de masa de 8-10 mm de grosor.
Corta primero círculos grandes, de unos 5 cm, y dentro de cada uno otro concéntrico más pequeño, de unos 2 cm. No pasa nada si no te quedan perfectos ;)
Ve colocando estas galletas con agujero en la bandeja de horno con papel para hornear.
Agrupa toda la masa que sobre, vuelve a estirarla y a cortarla. Repítelo hasta que no te quede más masa.
A mí me salieron 14 haciéndolas con un grosor de 1cm (10 mm). Si las haces un poquito más finas te saldrá alguno más. Procura no hacerlas más gruesos de 1 cm.
Mételas al horno a altura media, a 180ºC con calor arriba y abajo, y hornéalas 17-18 minutos, hasta que hayan crecido y estén ligeramente doradas (sólo ligeramente).
Si las has hecho notablemente más finas o más pequeñas, necesitarán un par de minutos menos. Vigílalo.
Sácalas y déjalas enfriar sobre una rejilla. Te parecerá que están un poco blandas, pero quedarán crujientes una vez se hayan enfriado.
Deja que se enfríen por completo antes de moverlas, ponerles coberturas o probarlas.
Mientras se enfrían las rosquillas pica el chocolate con un cuchillo y atempéralo (tienes un tutorial aquí). Cuando esté bien atemperado no lo saques del cazo con el agua caliente, déjalo dentro, así evitaremos que se nos enfríe el chocolate mientras bañamos las rosquillitas.
Ten preparado un tenedor o unas brochetas para ayudarte a bañar las rosquillitas y poder escurrirlas bien, y una bandeja o una placa con papel de hornear para ir dejándolas y que se enfríe el chocolate.
Baña cada rosquillita con el chocolate, sumergiéndola en él y dándole la vuelta.
Escurre muy bien el chocolate sobrante para que después nos quede una capita fina de cobertura. Deja la rosquilla recién bañada en la bandeja con papel para hornear.
Si quieres puedes ponerles crocanti de avellanas o de almendras por encima, o confetti de azúcar, fideos de chocolate o de colores, etc.
Deja las rosquillitas bañadas en un lugar fresco y seco (no las metas en la nevera aún) hasta que el chocolate se endurezca. Después si quieres puedes meterlas en la nevera un ratito para terminar de endurecer el chocolate, pero mientras esté blando es preferible que se enfríe lentamente, así haremos que la cobertura se derrita en tu boca, no en tu mano ;)
Y ya está. Sirve tus rosquillitas de chocolate/aros de chocolate/filipinos/morenazos/comoquierasllamarlos o guárdalos en una bolsita de plástico bien cerrada en un lugar fresco y seco, alejado de la luz. Te durarán más o menos una semana (si no te los comes antes :P). En verano puedes guardarlas en la nevera, en la parte menos fría, dentro de la bolsita y ésta dentro de un envase bien cerrado.
Os he puesto “dificultad media” por aquello de vigilar las galletas y atemperar el chocolate, aunque como podéis ver no tiene ninguna complicación.
He hecho esta galleta como os explico en el libro Cómo hacer galletas veganas: haciendo unas variaciones simples en los ingredientes para lograr lo que tenía en mente, unas rosquillitas gruesas y super crujientes que se puedan bañar con chocolate. De hecho aquí tenéis la diferencia con las galletas base:
Galletas base (libro, página 46) | Rosquillas de esta receta | |||
Harina | Harina de repostería | 100 g | Harina de trigo normal | 100 g |
Margarina vegetal | 40 g | 50 g | ||
Azúcar | Azúcar blanco | 50 g | Azúcar moreno | 25 g |
Sal | 0,8 g | pizca | ||
Almidón de maíz | 12 g | 12 g | ||
Líquido | Leche vegetal | 30 ml | Nata de soja líquida | 30 g |
Vainilla | 1 g | 1 g | ||
Levadura de repostería | 3 g | 3 g | ||
Horneado | 180ºC 10-12 minutos | 180ºC 17-18 minutos |
Si os leéis el libro (¡hacedlo!) veréis que explico la función de todos los ingredientes, por qué mezclarlos de unas maneras o de otras y qué pasa si haces las galletas más gruesas o más finas, más grandes o más pequeñas.
Para estas rosquillas he usado nata de soja (se puede usar cualquier nata vegetal líquida para cocinar), más densa que la leche vegetal, más sedosa, con más sólidos y más grasas. Esto hace que nuestras galletas se esponjen más durante el horneado, creciendo un poquito más, que queden más crujientes, y evita que nos queden duras al acortar las cadenas de gluten. Se puede usar en su lugar leche de coco (no agites la lata, déjala en un lugar frío; ábrela y coge con la cuchara las partes que tengan más sólidos que agua).
También para estas rosquillas podéis usar aceite de coco (sólido a temperatura ambiente) o aceite de oliva (de sabor muy suave!) en lugar de margarina. Eso sí, utilizad un 80% de lo que se especifica para la margarina y añadid 1-2 cucharadas de agua a la masa. Con esto evitaréis que queden demasiado secas. Recordad batir bien la masa para que se haga y no se rompa la emulsión (tenéis más al respecto en el libro de cómo hacer galletas).
La harina se puede cambiar perfectamente por harina integral (+1-3 cucharadas de agua) o por harina de maíz + harina de arroz, o por harina de trigo sarraceno. Si veis que la masa os queda muy quebradiza podéis añadir 1 cucharadita más de almidón + 1 cucharada de agua. Si usáis harinas integrales necesitarán 1 minuto más de horneado (así nos aseguramos de que la masa por dentro se seca bien y no nos quedan chiclosas sino crujientes). Tened cuidado si usáis harinas muy blanquitas y con pocas proteínas, como la harina de arroz, porque las galletas apenas se doran, pero se hacen casi en el mismo tiempo, y si las dejamos más tiempo esperando que se doren podemos acabar quemándolas.
También se puede usar azúcar blanco, stevia, sirope de arce u otro endulzante en lugar del azúcar moreno, aunque os recomiendo hacerlo con el azúcar moreno, sin tamizar y sin deshacer por completo las pequeñas bolitas melazadas porque nos darán pequeñas sorpresas de sabor concentrado, meloso y dulce. Aunque el azúcar moreno es más higroscópico que el blanco para esta receta he usado una cantidad moderada, de forma que las galletas queden crujientes, no excesivamente dulces y se conserven durante más tiempo sin romperse ni deshacerse. Si utilizáis stevia se dorarán menos las galletas (no pasa nada) y si usáis sirope de arce o de agave puede que tengáis que amasar un poquito más, pero la diferencia en cuanto a sabor y textura de las galletas es mínima.
Para bañarlas utilizad el chocolate sin lácteos que más os guste. La combinación que os he puesto es la que más me gusta a mí para estos aritos crujientes (y os sobrará chocolate), pero podéis usar chocolates con más cantidad de cacao, chocolate blanco vegano (lo venden en algunos herbolarios y en tiendas veganas) o una mezcla. También podéis añadir una cucharada de crema de cacao con avellanas (nutella vegana, lo mismo, lo venden en algunos herbolarios y en tiendas veganas, y se puede hacer en casa) al chocolate, mezclar chocolates o hacer una cobertura de chocolate negro y por encima unas rayitas de chocolate blanco (como si fuera una cebra ;)). Podéis añadir extracto de fresa, o matcha (té verde en polvo japonés) al chocolate blanco, espolvorear con azúcar glacé, con copos de avena, frutos secos picados, semillas… ¡lo que se os ocurra! :)
Aros de chocolate veganos
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- 100 g de harina de trigo normal
- 50 g de margarina vegetal
- 25 g de azúcar moreno
- una pizca de sal
- 12 g de almidón de maíz maicena
- 30 g de nata de soja para cocinar u otra nata vegetal líquida
- 1 g de extracto de vainilla
- 3 g de levadura de repostería
- Para la cobertura:
- 75 g de chocolate negro sin lácteos 52% cacao
- 15 g de chocolate negro sin lácteos 78% cacao
Elaboración paso a paso
- Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
- Prepara una bandeja de horno con papel para hornear.
- Bate en un bol la margarina con el azúcar moreno (puedes hacerlo con un tenedor) hasta que se forme una crema suave.
- Añade la sal, el almidón y la vainilla y sigue batiendo para incorporarlo.
- Agrega la nata de soja y 50 g de harina de trigo y sigue batiendo hasta lograr una masa homogénea.
- Mezcla la levadura con los 50 g de harina restantes y añádelo a la masa. Mézclalo lo mejor que puedas y amásalo a mano un par de minutos, lo justo para obtener una masa homogénea, trabajable, no pegajosa ni seca o quebradiza.
- Si tu masa parece seca amásala un minuto más. Si después de eso sigue estando seca, añade 1 cucharada de agua y vuelve a amasar. Procura no añadir demasiado líquido.
- Si, por el contrario, tu masa está muy blanda, puedes añadir un poco más de harina.
- Espolvorea ligeramente la superficie de trabajo con harina. Pon la masa en el centro, hecha una bola, y estírala con el rodillo hasta conseguir una lámina de masa de 8-10 mm de grosor.
- Corta círculos de masa de unos 5 cm de diámetro y dentro de estas galletas otro círculo concéntrico de unos 2 cm de diámetro.
- Coloca las rosquillas en la bandeja de horno.
- Junta la masa sobrante y vuelve a estirar y cortar hasta que ya no quede más.
- Hornea las galletas 17-19 minutos.
- Deja que se enfríen sobre una rejilla.
- Atempera el chocolate y déjalo sobre el cazo con agua caliente para que no se enfríe.
- Baña las galletas sumergiéndolas en el chocolate, escúrrelas y ve dejándolas en una bandeja fría con papel para hornear.
- Deja las galletas bañadas en un lugar fresco y seco hasta que se endurezca el chocolate.
- Sírvelas
han probado a hacer esta receta
* Aquí puedes ver la versión que hizo Rebeka, ¡qué bueno!
No me gustan, me encantan… ¿Se puede ser más fan? ¡¡¡Geniales!!!