¡Eso no me gusta!
Comidas que no soportamos. Tod@s las tenemos, son esos alimentos que no toleramos de ninguna forma. Generalmente son producto de malas experiencias cuando éramos niños. Quizás recuerdes con amargor un plato de acelgas rehogadas con vinagre, o unas espinacas, o judías verdes con aceite… Desde luego no son lo más apetecible como “verduras” (ese plato único que provocaba náuseas con sólo pronunciarlo). ¿Alguna vez te has parado a pensar que quizá las has juzgado demasiado severamente? Puede que no sean tan malas, que sólo seas víctima de malos hábitos de cocina que han pasado de generación en generación. Por eso queremos invitarte a darles una segunda oportunidad, eso sí, de una forma mucho más divertida, sabrosa y colorida.
– Acelgas
La mejor forma de prepararlas puede que no sea rehogarlas y echarles vinagre, pero sí picarlas finas e incluirlas en platos de arroz, salteados y sopas. Te darás cuenta de que las acelgas no son insípidas o ácidas, aportarán un toque de color a tus platos, vitaminas, calcio y un buen sabor.
En general, todas las verduras ganan bastante cuando se cocinan de otras formas que no sean rehogadas o cocidas, puesto que pierden sabor y su textura es a veces demasiado blanda. Cocinarlas a la plancha, salteadas, en sofritos, etc. las hace muy diferentes, más apetecibles y más sabrosas.
– Espinacas
Puedes comprarlas frescas o congeladas, y consumirlas frescas en ensalada o cocinadas.
Las espinacas solas pueden estar sabrosas si las acompañamos con salsa bechamel hecha con leche de soja, o con nata de soja para cocinar, o con veganesa, o como parte de una ensalada. Procura que estén bien frescas y tiernas.
Las espinacas congeladas se pueden saltear o sofreir con un poco de ajo, especias y sal, y añadirlas a platos de pasta y guisos. Si las cocinas demasiado acabarán deshaciéndose, por eso recomiendo los salteados y sofritos. Para las espinacas fritas, sofritas o salteadas también pegan la bechamel vegana, la nata de soja y la veganesa, además de los quesos de soja, ali-oli y pequeñas lonchas de seitán que podemos intercalar.
– Guisantes
Los de lata se pueden consumir directamente si los escurrimos, fríos o calientes.
Es mejor comprarlos frescos o congelados, puesto que tienen una textura más entera y mejor sabor. No requieren mucho tiempo para hacerse y se pueden incluir en platos de pasta, sopa o arroz, y como en el caso de las espinacas, en sofritos y salteados, para que se hagan por dentro y tengan un color verde brillante por fuera.
– Coliflor
La coliflor hervida tiene un olor y un sabor que pueden ser desagradables, pero podemos cocinarla de otras formas y descubrir que en realidad está deliciosa.
Por ejemplo, podemos gratinarla al horno con nata de soja, bechamel o queso vegano, para que quede tierna y dorada. O bien como en ejemplos anteriores, deshacerla en ramilletes pequeños y saltearla o sofreirla con otros ingredientes. A la coliflor le van bien las salsas ligeras como la bechamel hecha con leche de soja, la nata de soja, las salsas de tomate, tahini, etc. También podemos optar por freirla y que quede ligeramente tostada, como acompañamiento o guarnición de platos de seitán, pasta o legumbres. Otra opción es rebozarlas con pan rallado, con harina de tempura o con algún rebozado casero a base de soda y harina y freirlas.
– Coles de Bruselas
Generalmente saben mejor las más pequeñas, que son menos amargas. Las puedes comprar frescas o congeladas. Las congeladas se pueden descongelar en el microondas, cortar y añadir a sofritos y salteados. Van muy bien con los platos orientales y con salsas a base de salsa de soja. En el caso de las frescas se pueden usar de la misma manera, cortándolas y dorándolas a la parrilla o a la plancha, en salteados y en sofritos. Dan un buen toque si se añaden a un pisto de verduras.
– Judías verdes
Se pueden cocinar de más formas que sólo cocidas con aceite. Fritas, asadas, revueltas, salteadas y en sofritos mejoran en sabor y en textura. Elige judías verdes frescas y de temporada, o congeladas, que crujan al partirlas y que las habas no se noten mucho. Quedan muy bien en platos orientales y en salteados, así como en pistos de verduras y a la parrilla junto con berenjenas, coliflor, zanahoria, cebolla, mazorcas de maíz, etc. Le van bien las salsas ligeras y es un buen complemento para sopas.
– Pimiento
Podemos encontrar fácilmente pimientos rojos, verdes y amarillos, estos últimos más dulces. También se venden enlatados al natural, cocidos o asados. Una forma de cocinarlos es picarlos muy finos y saltearlos al wok junto con otras verduras (setas, zanahorias, maíz, guisantes, etc) y arroz, sin que lleguen a tostarse, sólo que se hagan pero que conserven su color y textura crujiente. También puedes rellenarlos de verduras, o de arroz, o de soja texturizada y después freirlos o asarlos con una bechamel hecha con leche de soja y nuez moscada. Con pimientos se hace también pisto de verduras y sofritos para pasta, junto con tomate triturado y especias. Si no soportas el sabor ni la textura, también puedes probar a hacer un sofrito con cebolla, tomate, ajo, puerro y especias, y después pasarlo por la batidora. Le dará buen sabor, pero no sabrá todo a pimiento y no te lo encontrarás.
– Alcachofa
Para que queden tiernas, jugosas y sabrosas tienen que ser frescas y estar bien hechas. La parte más rica de las alcachofas son los corazones, por lo que, si lo que no te gusta es andar masticando hoja tras hoja, puedes optar por comprar sólo los corazones tiernos y ya cocidos, bien congelados o en conserva. Sólo tendrás que cortarlos y cocinarlos a la plancha, a la parrilla, salteados o en guisos. Le van bien los guisos con salsa de soja, la paella, fideuá y platos de cereales. Al horno tienden a secarse, pero puedes partirlas por la mitad y rellenarlas de verduras antes de meterlas. Dan bastante sabor si las sofríes a fuego medio junto con el resto de los ingredientes y un poco de sal.
– Berenjena
Las berenjenas dan bastante juego en la cocina. Sólo hay que dejarlas reposar cortadas y con sal para que suelten el jugo que les da tanto amargor, y evitar freirlas con mucho aceite porque lo absorben todo. Pero puedes rebozarlas con pan rallado, con harina de tempura o con cerveza y harina, y absorberán menos aceite. Al hornearlas reducen mucho, pero puedes aprovechar toda la carne de la berenjena para hacer un paté (babaganoush) que te sorprenderá por su sabor. También puedes hacer moussaka, que es una especie de lasaña con berenjena, patata y tomate, donde la berenjena toma una textura y sabor distintos. Puedes aprovechar las berenjenas también para rellenarlas de verduras, encurtirlas, incluírlas en algún guiso, etc.
Si quieres más ideas sobre cómo cocinar verduras, pásate por las recetas veganas.