Norfolk dumplings en sopa de verduras
La receta de hoy nos puede resultar bastante peculiar porque los “dumplings” no son algo que esté en nuestro repertorio culinario. De hecho no tenemos una palabra para ellos, lo traducimos como “bolas de masa” por ejemplo, pero los dumplings pueden ser también masas de pasta rellenas. Podríamos decir que son añadidos de tamaño mediano o grande para sopas y caldos. En España solemos echar fideos. En otros sitios, bolitas hechas con harina de trigo. La composición es similar, la forma no tanto. La idea es tener algo que masticar con el caldo o sopa.
Y dicho esto supongo que no hace falta que recuerde que aunque tengan ese aspecto, no son albóndigas :) Prefiero dejarlo claro antes de que lo probéis y, a pesar de que los ingredientes ya nos dan una idea, penséis que son albóndigas y os llevéis una decepción :P
Esta receta, que en realidad son dos, data de 1878 y es del libro “Twenty-five cent dinners for families of six” de Juliet Corson. Podéis leerlo y descargarlo en el Proyecto Gutenberg e ir siguiendo mis pasos junto con los descritos por la autora :) Usaremos la receta de Norfolk Dumplings (que he veganizado) y una versión libre de la Vegetables Soup.
Quédate hasta el final porque comento la historia de estas recetas… y también una noticia especial: ya está abierto mi curso de bizcochos veganos :D
Tabla de contenidos
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 65 minutos
Raciones: para 6 personas
Ingredientes:
Para la sopa de verduras:
♥ 2,5 litros de agua
♥ 1 cebolla
♥ 1 zanahoria
♥ 1 tallo de apio
♥ 1 nabo
♥ 1/4 de repollo
♥ 1/2 puerro
♥ 1 manojo pequeño de perejil (unos 50 g)
♥ 1 cucharadita de sal
Para los dumplings:
♥ 225 g de harina de trigo integral (también vale harina de trigo sarraceno integral)
♥ 1/2 cucharadita de sal
♥ 1 cucharadita de levadura de repostería (levadura química o polvos de hornear)
♥ 1 cucharadita de perejil picado (opcional)
♥ 1 cucharadita de cebollino picado (opcional)
♥ 120 ml de bebida de soja (sin azucarar y sin sabores)
Primero haremos la sopa:
Pon a hervir el agua con la sal en una olla grande.
Mientras se calienta el agua lava bien las verduras y hortalizas.
Pela la cebolla, córtala por la mitad y échala al agua.
Pela la zanahoria y córtala en tres partes. Dos de ellas échalas enteras, y la tercera pícala fina, que son trocitos que dejaremos para el caldo (las hortalizas grandes las retiraremos).
Haz lo mismo con el apio, nabo y puerro. El repollo échalo tal cual.
Pon el perejil también y, si quieres, un par de hojas de laurel.
Cuando empiece a hervir baja el fuego (a fuego lento, pero que siga hirviendo).
Deja que se cueza todo junto 45 minutos.
Si tienes caldo de verduras casero te ahorras buena parte de este tiempo. Solo tienes que picar finas unas verduras y cocerlas en el caldo.
Para hacer los dumplings:
Mientras se hace la sopa haremos los dumplings.
Mezcla en un bol la harina con la sal, levadura, perejil y cebollino.
Añade la bebida de soja y mézclalo todo muy bien hasta que se haga una masa.
Déjalo reposar 15 minutos.
Si tras el tiempo de reposo tu masa sigue muy blanda y pegajosa, añade un poco más de harina y mezcla amasando a mano. Tiene que quedar una masa tierna, que mantenga la forma, más o menos como una masa de pan.
Cocer los dumplings y terminar el plato:
Cuando el caldo haya terminado de cocerse retira las hortalizas de tamaño grande y el perejil.
Si ha dejado de hervir, sube un poquito el fuego.
Coge porciones de masa como de 1 cucharada (puedes hacerlo con una cuchara, mójala en un vaso con agua para que no se pegue la masa) y ve echándolas en la sopa. Es importante que se mantenga en ebullición para que los dumplings se calienten rápidamente, se vayan haciendo por fuera y no se peguen al fondo.
Ve echando los dumplings uno a uno hasta que termines con toda la masa.
Deja que se cuezan 18-20 minutos, con la cacerola u olla medio tapada (no queremos perder todo el vapor).
Pruébalo para rectificar de sal si fuese necesario.
Sírvelo como primer plato o acompañamiento. Es suficiente con 4 dumplings por persona, no pongas más, que llenan mucho.
Lo que te sobre lo puedes guardar en la nevera, en un recipiente bien cerrado (durará unos 3 días), o bien puedes escurrir muy bien los dumplings y congelarlos para usarlos en otro caldo.
Como puedes ver es una receta muy aparente, pero no son albóndigas :) Si quieres puedes hacer este mismo plato pero usando albóndigas veganas, que quedan estupendamente con cualquier sopa, caldo o salsa.
La receta original es bastante basta en cuanto a cantidades, por el contexto en el que está escrita. También verás que en general todas las recetas tienen unos tiempos de cocción muy altos. Piensa que en 1878 no había las mismas cocinas de ahora, eran de carbón o leña, era difícil regularlas, distribuían el calor de otra manera y muchas cosas, como las hortalizas, tardaban bastante tiempo en hacerse.
Puedes buscar recetas actuales de dumplings y verás un poco de todo. En general suelen ser veganas, aunque algunas pueden añadir huevo más como complemento alimenticio que como ingrediente necesario para que no se deshagan, porque es difícil que pase eso (salvo que tu masa sea líquida). Por el bien de mantener una calidad nutricional mínima he utilizado harina de trigo integral, mejor que la blanca (y como comentaba también sirve la de trigo sarraceno, para hacerlos sin gluten) y bebida de soja sin azucarar y sin sabores, ya que es la que más se parece a la leche de vaca. Las recetas de Juliet Corson no son solo para hincharse, si no que tuvieron mucha importancia en la educación nutricional de su época.
Cómo llegué a esta receta en concreto
Pues estaba buscando referentes en la cocina del siglo XIX y encontré la colección Feeding America de la Michigan State University, que está genial, la verdad. Además tienen un montón de fondos digitalizados, y los que no se pueden encontrar rápidamente en otras universidades, en Gutenberg o en Archive.org.
En el siglo XIX eran mujeres la mayoría de escritoras de libros de cocina (a excepción de los trabajos de algunos chefs profesionales y algunos médicos). Es una tendencia que se mantuvo hasta el siglo XX, ahora ha ido creciendo el número de hombres autores. Igual te parece que hay más hombres autores de libros de cocina porque en general tienen mucha más publicidad, mientras que el grueso de los trabajos es principalmente femenino.
La escena culinaria de finales del XIX estaba dominada por un grupo de mujeres influyentes y con gran talento, como Lidia Maria Child, Sarah Josepha Hale, Eliza Leslie, Maria Parloa, Juliet Corson… Todas ellas mujeres que no solo eran figuras culinarias reconocidas, también eran activistas por diversas causas sociales de la época, como el voto femenino (sufragistas), abolición de la esclavitud, bienestar infantil, derechos de las mujeres, bienestar social, reforma de prisiones, alivio de la pobreza, inmigración, nutrición, derechos laborales… Eran escritoras, periodistas, poetas, filósofas, educadoras, editoras y mujeres de negocios.
Juliet Corson me llamó la atención (bueno, todas, pero había que elegir alguna para este post) porque fue líder en escuelas de cocina y planes de nutrición para la población empobrecida. También fue la única mujer redactora en el National Quarterly Review.
Su carrera empezó como voluntaria en el Women’s Educational and Industrial Society de Nueva York, un proyecto que ofrecía formación a mujeres en un momento crítico en el que miles de mujeres jóvenes de ciudades (o que habían partido a las ciudades desde zonas rurales) tenían que mantenerse por sí mismas pero nunca habían recibido formación en ningún oficio o para ningún trabajo concreto. Era la tónica general, estudiaban en casa, aprendían materias básicas y costura, y poco más. Con solo eso se lanzaban a una ciudad en proceso de industrialización que necesitaba mano de obra, pero especializada.
En el centro vieron que una de las mejores salidas que podrían tener las mujeres en esos tiempos era como profesionales del trabajo doméstico (recuerda, siglo XIX), así que le pidieron a Corson que enseñase cocina. Y Corson, a pesar de que solo sabía freír un filete y hacer té, pues aceptó. Se preparó estudiando los mejores libros de cocina francesa y alemana disponibles y se convirtió en toda una jefa. Al principio sus clases atraían sobre todo a mujeres pobres, pero en cuanto se corrió la voz, mujeres de todas las clases sociales competían por entrar en su escuela. Sus colegas de prensa la animaron a enseñar y escribir artículos sobre cocina y finalmente abrió su propia escuela, en la que ella misma elaboraba los libros de texto.
En 1876 fundó la New York Cooking School, abierta para público general, con tarifas ascendentes según la renta para que nadie se quedase fuera. Su primer libro fue también manual de su escuela: “The Cooking School Manual of Practical Directions for Economical Every-Day Cookery”, publicado en 1877, y que puede leerse en Project Gutenberg. Y a partir de ahí no hizo más que crecer y publicar numerosos libros y panfletos. Curioso que fue criticada e incluso recibió amenazas por algunos que pensaban que si la patronal se enteraba de que podían comer barato les pagarían menos.
Su objetivo era elevar el nivel de atención y respeto por la formación en cocina, y para ello ayudó a introducir la cocina en las escuelas no como trabajo doméstico si no como conocimientos útiles para todos los estudiantes. Siempre buscó cultivar el conocimiento de la ciencia culinaria y doméstica para ayudar a las mujeres de cualquier clase social.
En 1893 recibió una medalla por su trabajo en la World Columbian Exposition en Chicago.
Si echas un vistazo a alguna de sus obras verás que no parecen tan antiguas. Hay conceptos y técnicas modernas y una forma de explicar las cosas que va desde lo más sencillo a lo más elaborado, ofreciendo un montón de información útil sobre los ingredientes, sus usos y cómo aprovecharlos mejor.
Puedes leer mucho más sobre ella aquí. Dejo por aquí también enlaces a algunas de sus obras:
- Fifteen cent dinners for families of six (1877)
- The cooking manual of practical directions of economical everyday cookery (1877)
- Twenty-five cent dinners for families of six (1878) Aquí otro enlace.
- Meals for the million: the people’s cook-book (1882)
- Miss Corson’s Practical American Cookery and Household Management (1886)
- Family living on $500 a year (1888)
Abierto el curso online de bizcochos veganos
Esta es la sorpresa de la semana :P
A finales de junio empecé a trabajar en el temario para un curso de bizcochos veganos y sin (sin azúcar, sin gluten, sin soja, sin frutos secos). Para ello estuve recopilando información de todos mis cuadernos relativa a bizcochos y tartas, sus ingredientes y sus funciones. Y para lograr al menos una receta lo más inclusiva posible, también estuve haciendo unas cuantas pruebas de bizcochos veganos sin gluten y sin los alérgenos más comunes.
La idea es que en el curso no aprendas solo a hacer unos cuantos bizcochos concretos, si no que entiendas los ingredientes y sus funciones, practiques en casa y acabes formulando tus propios bizcochos a tu gusto.
En julio estuve en Barcelona rodando las clases, junto con la gente de Cuerpo Mente, para tener un curso lo más completo posible, de forma que no solo tienes una sólida parte teórica, también una parte práctica con vídeos paso a paso en los que verás más fácilmente las cosas que comento en el temario. Fueron unos días intensitos, de currar muchas horas seguidas, pero mereció la pena por el resultado. Ante todo que sea muy útil, muy claro y didáctico.
La mayoría de bizcochos del curso están hechos con ingredientes más saludables que los convencionales, por ejemplo utilizando harinas integrales, frutas batidas en lugar de azúcar, etc., pero eso no quiere decir que sean para comer todos los días, siguen siendo de consumo esporádico. Me gusta aclarar esto porque, dentro de una alimentación saludable, si solo tomas estas cosas muy de vez en cuando no tiene mucha importancia que sean con o sin azúcar. Te dejo un artículo de Lucía al respecto que lo explica mucho mejor.
Dicho esto, la repostería es una parte de la cocina bastante complicada. No es lo mismo prepara un bizcocho que unas albóndigas, los ingredientes son diferentes y han de cumplir unas funciones distintas. He intentado facilitar todo lo posible el aprendizaje (y creo que lo he conseguido) para que puedas ir avanzando bastante rápido. Por ejemplo he adaptado las recetas principales para que puedas medir los ingredientees por volumen en lugar de por peso. Es una medida menos exacta, por eso no se suele usar en repostería, pero he logrado que estos bizcochos se puedan hacer perfectamente aunque haya variaciones de 10 gramos en los ingredientes principales. Es decir, no pasa nada si te pasas un poquito de una cosa o si te quedas un pelín corto de otra, no pasa nada por no ser exactos. Esto también ha sido complicado porque en repostería en general, las pequeñas variaciones tienen un impacto muy grande en la masa y en el producto ya horneado. Ha sido cuestión de muchas pruebas poder lograr algo más accesible y sencillo.
Al ser un curso online lo puedes hacer desde donde quieras, no tienes que residir obligatoriamente en España, y puedes ir completando las lecciones a tu ritmo. Yo recomiendo seguir el plan de estudios tal y como está enfocado en el curso, no saltarte pasos ni lecciones, está todo hecho de la forma más profesional posible para que acabes con grandes conocimientos sobre el tema.
Échale un vistazo a la página del curso porque ahí está todo explicado más extensamente (no quiero repetirme por aquí): todo lo que tiene el curso, lo que aprenderás, el precio, quién soy (por si no me conoces :P) y cómo trabajo.
Si te inscribes ahora recibirás gratis la clase de cómo hacer un bizcocho vegano sin gluten + un eBook con 10 recetas de bizcochos veganos.
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Pues lo dicho, échale un ojo a la página del curso porque está todo muy bien explicado :) Y por si tienes dudas, en la plataforma tendrás la opción de mandarme un mensaje con tus dudas o consultas :)
La verdad es que estoy muy contenta con cómo ha salido todo. Quería hacer un curso profesional que partiese casi de cero, para principiantes, y he podido hacerlo. Que fuese accesible para todo el mundo, que tuviese un precio ajustado, con muchos más recursos que solo el temario… Vamos, que los meses de trabajo han merecido mucho la pena y me enorgullece poder darte un curso como lo haría de forma presencial: de varios días, atendiendo a todas las variables, y dándote las herramientas para que puedas hacer tus propias creaciones, veganizar recetas, adaptarlas y que siempre queden perfectas :)
Dejaré un banner en la sidebar y en el apartado de “Recetarios y especiales” para que lo tengas a mano y te inscribas cuando quieras (o se lo mandes a quien quieras).
Yo seguiré también por aquí y en Sin Receta, donde publico a diario (sí, estoy on fire), y en redes sociales, por supuesto ;)
Norfolk dumplings en sopa de verduras
Ingredientes
Para la sopa de verduras:
- 2,5 litros de agua
- 1 cebolla
- 1 zanahoria
- 1 tallo de apio
- 1 nabo
- 1/4 de repollo
- 1/2 puerro
- 1 manojo pequeño de perejil unos 50 g
- 1 cucharadita de sal
Para los dumplings:
- 225 g de harina de trigo integral también vale harina de trigo sarraceno integral
- 1/2 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de levadura de repostería levadura química o polvos de hornear
- 1 cucharadita de perejil picado opcional
- 1 cucharadita de cebollino picado opcional
- 120 ml de bebida de soja sin azucarar y sin sabores
Elaboración paso a paso
Primero haremos la sopa:
- Pon a hervir el agua con la sal en una olla grande.
- Mientras se calienta el agua lava bien las verduras y hortalizas.
- Pela la cebolla, córtala por la mitad y échala al agua.
- Pela la zanahoria y córtala en tres partes. Dos de ellas échalas enteras, y la tercera pícala fina, que son trocitos que dejaremos para el caldo (las hortalizas grandes las retiraremos).
- Haz lo mismo con el apio, nabo y puerro. El repollo échalo tal cual.
- Pon el perejil también y, si quieres, un par de hojas de laurel.
- Cuando empiece a hervir baja el fuego (a fuego lento, pero que siga hirviendo).
- Deja que se cueza todo junto 45 minutos.
- Si tienes caldo de verduras casero te ahorras buena parte de este tiempo. Solo tienes que picar finas unas verduras y cocerlas en el caldo.
Para hacer los dumplings:
- Mientras se hace la sopa haremos los dumplings.
- Mezcla en un bol la harina con la sal, levadura, perejil y cebollino.
- Añade la bebida de soja y mézclalo todo muy bien hasta que se haga una masa.
- Déjalo reposar 15 minutos.
- Si tras el tiempo de reposo tu masa sigue muy blanda y pegajosa, añade un poco más de harina y mezcla amasando a mano. Tiene que quedar una masa tierna, que mantenga la forma, más o menos como una masa de pan.
- Cocer los dumplings y terminar el plato:
- Cuando el caldo haya terminado de cocerse retira las hortalizas de tamaño grande y el perejil.
- Si ha dejado de hervir, sube un poquito el fuego.
- Coge porciones de masa como de 1 cucharada (puedes hacerlo con una cuchara, mójala en un vaso con agua para que no se pegue la masa) y ve echándolas en la sopa. Es importante que se mantenga en ebullición para que los dumplings se calienten rápidamente, se vayan haciendo por fuera y no se peguen al fondo.
- Ve echando los dumplings uno a uno hasta que termines con toda la masa.
- Deja que se cuezan 18-20 minutos, con la cacerola u olla medio tapada (no queremos perder todo el vapor).
- Pruébalo para rectificar de sal si fuese necesario.
- Sírvelo como primer plato o acompañamiento. Es suficiente con 4 dumplings por persona, no pongas más, que llenan mucho.
- Lo que te sobre lo puedes guardar en la nevera, en un recipiente bien cerrado (durará unos 3 días), o bien puedes escurrir muy bien los dumplings y congelarlos para usarlos en otro caldo.
Esta muy muy rica esta receta, yo le agregué udón y estaba para chuparse los dedos. Es muy original.