Tabbouleh con quinoa
Hacía tiempo que quería subir esta receta porque es de esas cosas que nos sabemos mal. El tabbouleh no es un cuscús pringoso lleno de cebolla, es una ensalada de perejil. Vaya cambio, ¿eh?
Primero os dejo con la receta y después comento más:
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 20 minutos
Raciones: para 2-3 personas
Ingredientes:
♥ 1 manojo bien grande de perejil fresco
♥ 12-14 hojas de menta fresca o hierbabuena
♥ 2 cebollas de primavera o un trocito de cebolleta
♥ 2 tomates medianos-pequeños bien firmes
♥ 2 cucharadas de quinoa cocida
♥ pizca de sal
♥ aprox. 3 cucharadas de zumo de limón
♥ chorrito de aceite de oliva virgen extra (aprovecha para usar uno con sabor fuerte)
Lava el perejil y sécalo con papel de cocina. Quita las ramas grandes del perejil y pícalo fino con un cuchillo bien afilado.
Déjalo en un bol grande.
Lava y seca las hojas de menta o hierbabuena, pícalas y añádelas al bol con el perejil.
Pica la cebolleta o las cebollas de primavera y añádelas al bol. Remuévelo bien.
Corta los tomates en daditos y ponlos en un bol con papel de cocina absorbente para quitar el exceso de humedad.
Mezcla el tomate en el bol con el perejil, añade la quinoa, una pizca de sal, el zumo de limón y el aceite de oliva. Pruébalo, rectifica de sal si fuese necesario y sírvelo.
¡Listo!
Con esto hemos hecho en pocos minutos y con poco esfuerzo una ensalada muy fragante, aromática, muy rica y que combina con un montón de cosas. Sírvela con platos de legumbres, panes planos y frutos secos para picar.
Tabbouleh ≠ Ensalada de cuscús
Como comentaba al principio, el tabbouleh es una de esas recetas que nos sabemos mal. No sé de dónde salió la idea ni cómo se propagó, pero en la mayoría de sitios (no libaneses) donde tienen tabbouleh, siempre es un montón de cuscús con cebolla y algún trozo de otra verdura (normalmente pimientos o pepino). No se trata de ser un@s mega puristas de las recetas, no, se trata de conocer; conocer el plato original y después si queremos variarlo todo lo que nos dé la gana. Después nos quejamos cuando alguien por ahí hace una “auténtica paella valenciana” con chorizo, o una “spanish tortilla” con hasta parmesano.
Normalmente le ponemos nombres a las cosas para poder comunicarnos mejor, para que las personas con las que hablamos sepan de qué hablamos (valga la redundancia). Por ejemplo, si yo digo que tengo una gatita muy guapa y cariñosa, seguro que te viene a la mente un gato (da igual el color, un gato o gata), pero si te enseño fotos y resulta que es un conejo enano es muy probable que me digáis que eso que tengo no es una gata, es un conejo. Si a mí me da por llamar “gato” a los conejos, cuando la denominación de “gato” es común para todo el mundo que me rodea, es poco probable que nos entendamos. Con los platos pasa un poco lo mismo. Hay un ejemplo muy bonito en este post de Lucía: créme brûlée, crema inglesa, crema pastelera, crema catalana, flan y natillas. Como veréis son muy similares, así que hay gente que le llama a todo “crema pastelera”, y sin embargo las pequeñas diferencias en ingredientes y/o técnicas hacen que cada preparación sea diferente. Es mucho más fácil tener un nombre para cada una que decir “crema pastelera pero cuajada al horno sin almidón y con azúcar quemado por encima” para referirnos a la créme brûlée.
Cuando hacemos una variación de una receta (más o menos) tradicional y lo consignamos, estamos haciendo referencia a la receta que nos ha servido de base y añadimos las alteraciones como forma de crear un plato nuevo a partir del original. De nuevo, no se trata de ser más puros y estrictos, si no de conocer, aprender y crear. Y no pasa nada porque hagas una receta de paella que no sea canónica. Es tu paella, ¡ponle lo que tú quieras! ¿Te apetece ponerle zanahoria y jengibre al gazpacho? ¡Hazlo! Que existan platos que tradicionalmente se hagan de una manera o con unos ingredientes específicos no impide que uses tu creatividad para hacer todos los derivados que se te ocurran. Eso sí, no digas que es la receta original o al final va a pasar como con el tabbouleh, la ensalada césar o la carbonara…
Entonces, ¿qué es el tabbouleh? Pues es una ensalada de perejil con unos trozos de tomate, una cantidad anecdótica de bulgur fino y aliñada con limón y aceite de oliva.
¿Y tú cómo lo sabes? Pues la primera vez porque fui a un restaurante libanés (hace un montón de años) y era así. Después vi las versiones que hacía la gente con el cuscús y decidí buscar por mi cuenta. Aparte de algunos libros en papel (puedes leer por ejemplo aquí), encontré también referencias online. Algunas de ellas (actualizadas): easy lebanese recipes, mama’s lebanese kitchen, watania (versión palestina), lozi-lozi (versión siria), assala cuisine, anissa helou…
La tuya no es original
Por eso he puesto que es tabbouleh con quinoa. He respetado toda la esencia de esta ensalada pero en lugar de bulgur he utilizado quinoa. No por ser más moderna ni nada de eso, es que en las tiendas donde lo suelo comprar últimamente no tienen y tampoco sé cuándo lo van a traer, así que para poder hacer esta receta (y además sin gluten), he utilizado quinoa.
¿Y por qué no cuscús? Porque ya que me pongo utilizo un cereal (vale, la quinoa no lo es, es una semilla) integral y sin gluten para que veáis más alternativas. También lo podría haber hecho con mijo.
De dónde saco tanto perejil
Muchas veces la gente se queja de que las hierbas y especias frescas son muy caras. Y sí, muchas veces lo son, sobre todo en supermercados donde 20 gramos de hojitas te cuestan lo mismo que 5 kilos de patatas. La solución es irse a la frutería/verdulería o al mercadillo.
Todo ese manojazo me costó 0,75€ en la frutería. Otras veces me regalan manojos más pequeños. Cuando os digo que las verduras y las frutas las compréis en las fruterías y en el mercadillo no es porque esté en compló con ellos, es porque te ahorras una pasta y suelen tener mucho mejor género (y más variado). ¿Que los tomates del supermercado no huelen? Toca la rama de uno de la frutería y huele. Y así con todo.
Para hacer este tabbouleh de quinoa he utilizado casi todo ese super manojo (como 4/5). Cuando lo compro, aunque esté un poquito mustio, lo primero que hago es lavarlo bien con agua fresca, cortar un poco los tallos por abajo y ponerlo en agua al lado de una ventana luminosa. Al día siguiente está que da gusto verlo. Te aguanta así más de 1 semana, solo tienes que cambiarle el agua.
Con el resto de hierbas hago lo mismo: lavar, cortar la parte seca del tallo, poner en agua y a un lugar luminoso. Así me duran bastante tiempo aunque los manojos sean gigantescos.
¿Problemas con tu tabbouleh?
Mi tabbouleh queda aguado
Cuando laves el perejil sécalo después con papel de cocina, sobre todo si va a ser lavar y usar. Ese agua después hará que quede caldoso y aguado. También el agua de los tomates, por eso los dejo en papel de cocina. Procura, también, usar tomates que estén firmes y prietos en lugar de blandos.
Mi tabbouleh queda hecho una plasta
No pongas mucha cantidad de bulgur, quinoa, mijo o lo que sea. Para un plato para 2 personas es suficiente con 1 cucharada. Y no lo añadas caliente, tiene que estar ya frío. Tampoco lo dejes en la nevera muchas horas antes de servir, tenderá a pegarse.
Mi tabbouleh se pone feo
Lo que te sobre guárdalo en un envase bien cerrado en la nevera y consúmelo en el mismo día (o en 12 horas como mucho). El perejil ya cortado tiende a ennegrecer, da igual la cantidad de limón que pongamos. También se pone negro más rápido si el perejil estaba mustio.
¿Se puede hacer con perejil de bote?
NO. (Si piensas que se puede, hazlo)
¿Puedo picar el perejil con la batidora/picadora?
No te lo recomiendo. Acabarás con una pasta de perejil y un montón de trozos grandes, todo así desperdigado por la batidora. Utiliza un cuchillo de cocina bien afilado.
Me ha sobrado muy poco, ¿cómo puedo aprovecharlo?
Es perejil casi todo, así que añádelo a cualquier ensalada, salteado, guiso, potaje, etc., que queda estupendo.
Y hasta aquí la receta de hoy. ¡Facilísima! Búscate un buen manojo de perejil y hazla pero ya! ;)
Tabbouleh con quinoa
Ingredientes
- 1 manojo bien grande de perejil fresco
- 12-14 hojas de menta fresca o hierbabuena
- 2 cebollas de primavera o un trocito de cebolleta
- 2 to mates medianos-pequeños bien firmes
- 2 cucharadas de quinoa cocida
- pizca de sal
- aprox. 3 cucharadas de zumo de limón
- chorrito de aceite de oliva virgen extra aprovecha para usar uno con sabor fuerte
Elaboración paso a paso
- Lava el perejil y sécalo con papel de cocina. Quita las ramas grandes del perejil y pícalo fino con un cuchillo bien afilado.
- Déjalo en un bol grande.
- Lava y seca las hojas de menta o hierbabuena, pícalas y añádelas al bol con el perejil.
- Pica la cebolleta o las cebollas de primavera y añádelas al bol. Remuévelo bien.
- Corta los tomates en daditos y ponlos en un bol con papel de cocina absorbente para quitar el exceso de humedad.
- Mezcla el tomate en el bol con el perejil, añade la quinoa, una pizca de sal, el zumo de limón y el aceite de oliva. Pruébalo, rectifica de sal si fuese necesario y sírvelo.