Champiñones al ajillo con cilantro
Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 10 minutos
Raciones: para 2-3 personas
Ingredientes:
♥ 350 g de champiñones (8-10 medianos)
♥ 3 dientes de ajo
♥ 1 cucharada de aceite de oliva
♥ 1/8 de cucharadita de sal
♥ 2-3 cucharadas de cilantro fresco picado
Quita el pie de los champiñones (si tiene tierra) y lávalos muy bien. Córtalos en láminas no muy finas (3 mm está bien). Pela los ajos y córtalos también en láminas, pero más finas.
Pon una sartén antiadherente a fuego alto (pero no al máximo) y cuando se caliente pon los champiñones, los ajos y una pizca de sal. Saltéalo de vez en cuando hasta que los champiñones empiecen a soltar agua y a ponerse tiernos (serán 2-3 minutos). Agrega entonces el aceite, y saltéalo de vez en cuando para que se doren los champiñones, otros 2-3 minutos.
Baja el fuego al mínimo, añade el cilantro y mézclalo bien. Retíralo del fuego y sírvelo.
Esta receta es sencillísima pero tiene su aquel. Lo importante aquí son los champiñones que uses, que tienen que ser bien frescos, tersos y prietos, no blandos, viejos y abiertos. Busca en las fruterías los que tengan mejor aspecto, más blanquitos, que la parte inferior del sombrerillo esté cerrada y que huelan mucho. En general así es como deberían estar siempre los champiñones que venden, pero bueno, ya sabemos que no suele ser así.
Con unos buenos champiñones lo que os quedará serán unos champiñones al ajillo tiernos, nada secos, tampoco aceitosos, con mucho sabor, y que se pueden guardar en la nevera hasta 2 días. Si son más viejos necesitaréis añadir más aceite para el mismo efecto.
La gracia es hacerlos primero sin nada de aceite, que suelten un poco de agua (la justa) mientras empiezan a dorarse, para que se hagan, junto con los ajos, en su jugo. A fuego fuerte conseguimos que se doren rápidamente sin que expulsen todo el agua, evitando que se queden secos y reduzcan en tamaño. Con el aceite ayudamos a que terminen de dorarse, tanto los champiñones como los ajos, y creen sabores y aromas nuevos (no huelen ni saben igual champiñones cocidos que champiñones dorados a la plancha).
Con el cilantro le damos un toque diferente de sabor. Normalmente se usa perejil y guindilla (es opcional), que también se puede añadir o usar en lugar del cilantro si no os gusta. En general los champiñones van muy bien con el sabor del cilantro, igual que el tomate, la cebolla, los garbanzos, etc. Es una hierba muy aromática que aporta frescura a todos los platos en los que la pongamos, pero para algunas personas tiene mal sabor (“a jabón” me han comentado), así que si no os gusta nada el cilantro podéis cambiarlo por perejil, pero si queréis hacerlo con cilantro os recomiendo picarlo mucho, que quede bien fino, y añadirlo al principio de la preparación, junto con los champiñones y el ajo. Quedará mucho más blando, pero también con un sabor más suave, distinto del de las hojas frescas.
Puedes servir los champiñones como aperitivo o tapa, o como acompañamiento para otros platos (arroces, guisos, etc.), tanto caliente como frío.
También lo puedes usar para bocadillos con milanesas, hamburguesas o soja texturizada (por poner ejemplos) y algo más colorido (lechugas, brotes, zanahoria encurtida…).