2,5tazas de leche de sojau otra bebida vegetal sin azucarar y sin sabores
¼de cucharadita de nuez moscada
aprox. ½ cucharadita de sal
aceite de oliva o de girasol para freír
Para empanar:
1taza de harina de trigosirve también harina de avena, de quinoa, de espelta, de trigo sarraceno, de arroz, etc.
5cucharadas de harina de garbanzos
1,5cucharadas de almidón de maízmaicena
2cucharadas de vinagre de manzana
1cucharadita de perejil seco picado
una pizca de sal
aprox. 2 tazas de pan rallado integral grueso casero
Elaboración paso a paso
Pela las verduras y pícalas en trocitos pequeños.
Ponlas en una sartén grande antiadherente a fuego medio y añade el aceite y poco a poco la harina, añadiendo cada vez una cucharada, y procurando que se cubran bien todas las verduras.
Reserva media taza de leche vegetal y disuelve en ella el almidón de maíz.
Añade poco a poco la leche vegetal, sin dejar de remover. Si ves que se forma una pasta muy rápidamente, baja un poco el fuego.
Agrega la leche vegetal con el almidón de maíz, la sal y la nuez moscada y mézclalo muy bien hasta que la masa tenga bastante consistencia. Ha de quedar bastante espesa, que se despegue de la sartén al moverla.
Retíralo del fuego y deja que se enfríe.
Prepara unos boles o recipientes para empanar.
En uno de ellos pon la harina de trigo.
En otro mezcla la harina de garbanzo con el almidón de maíz, sal, perejil y vinagre y añade agua poco a poco, batiendo con un tenedor, hasta obtener una mezcla bastante más líquida que espesa (más o menos 1,5 tazas de agua).
En un tercer recipiente pon el pan rallado.
Una vez fría la masa debe ser manejable a mano, es decir, podemos darle forma sin que se rompa. Si tu masa está muy líquida puedes volver a ponerla al fuego hasta que espese más y añadir, opcionalmente 1 cucharada más de harina de trigo. Puedes usar una manga con boquilla redonda gigante o una máquina para hacer croquetas en lugar de hacerlas a mano.
Haz cada croqueta con 1-1,5 cucharadas de masa (las mías son grandes, aprox. 1,5 cucharadas de masa). Empánalas siguiendo esta secuencia:
Procura que la capa de harina sea fina, que no forme costra ni grumos. Quita el exceso de harina de las croquetas antes de pasarlas por la mezcla líquida.
Ve dejando las croquetas ya empanadas en un plato o en una bolsa de congelación, se pueden congelar una vez empanadas.
Calienta abundante aceite (al menos suficiente para cubrir las croquetas) en una cacerola, sartén honda o en la freidora, a 180ºC. Para comprobar si está caliente puedes echar un trocito de pan o una semilla de comino. Si se fríe inmediatamente, es que el aceite está caliente (si se quema rápidamente es que está demasiado caliente).
Mete las croquetas que quepan, sin apilar, y fríelas 4-5 minutos, hasta que estén doradas y crujientes. El pan rallado integral tiene un color más oscuro que el normal, así que parecerá que se han dorado antes de tiempo, sobre todo si son congeladas. Cuando creas que están hechas tócalas con una espumadera o unas pinzas, si notas el empanado duro puedes sacarlas.
Procura no moverlas mucho al principio, que estarán blanditas y pueden romperse. Hazlas por tandas y una vez hechas escúrrelas bien déjalas en un plato con papel de cocina absorbente.
Sírvelas calientes acompañadas de ensaladas y salsas para mojar.